La casa, ubicada en Colinas de Santa Fe, no solo es un lugar físico sino también un símbolo de la lucha por la continuidad. Mientras la familia lucha por superar la pérdida, la casa es un punto de referencia, un lugar donde se recogen los recuerdos y las esperanzas.
Además, se sabe que este lugar fue catalogado como inseguro, no solo por estar a las afueras de la ciudad sino también por haber encontrado la fosa clandestina más grande de América Latina. Esta información añade un tono sombrío a la historia, como si la tragedia estuviera enmarcada en un contexto más amplio de inseguridad.
Jennifer, una chiquilla muy alegre, tenía planes para el futuro. Quería terminar la secundaria abierta, superarse y sacar el acta de nacimiento de su hijo. Sin embargo, aquel domingo 3 de noviembre, todo cambió.
Entonces, ella estaba planeando una pijamada con sus primas cuando un desconocido la atropelló cerca de las 9 de la noche. La familia se dio cuenta de que ella estaba trabajando y que no había desaparecido. Pero la realidad era cruel y la vida de Jennifer se interrumpió de manera repentina.
El bebé de año y nueve meses, con el cabello castaño claro, también está atravesando la tragedia. Sin padre presente en su vida, lucha por encontrar un equilibrio en un mundo que se ha derrumbado.
Además, la familia atraviesa el duelo de su hijo Erick, que murió por golpe de calor mientras trabajaba con Moisés. Estos sucesos han dejado una huella profunda en la vida de la familia, una huella que no se puede borrar.
El trauma que ha sufrido Moisés, al ver a sus hijos morir, le ha impedido trabajar. Y la falta de ingresos económicos ha llevado a que la situación se agrave aún más.
Aún no tienen noticias sobre el avance del caso de Jennifer, pero su interés está en que se revisen las cámaras de seguridad debajo del puente de la autopista. Quieren saber quién fue el responsable de la tragedia.