La ceremonia fúnebre de Jocelynn Rojo Carranza, una niña de 11 años, en la Iglesia católica de Santa María en Gainesville, Texas, atrajo a numerosos familiares y amigos. Este evento puso en evidencia la profundidad del dolor causado por el suicidio de Jocelynn, quien enfrentaba acoso escolar debido al estatus migratorio de su familia. Los padres de Jocelynn buscan respuestas y justicia, mientras que la comunidad se une para condenar el bullying y la discriminación.
La muerte de Jocelynn ha dejado un vacío inmenso en su familia. Su padre, Antonio Rojas, expresa su desconsuelo y busca entender las razones detrás de la tragedia. Jocelynn era una niña llena de vida, amante de la música y el baile, lo que hace aún más difícil comprender cómo llegó a tomar esa decisión. La familia insta a otros padres a estar atentos a cualquier signo de peligro en sus hijos.
Antonio Rojas no puede dejar de pensar en cómo su hija pudo llegar a tal extremo. En entrevistas con medios locales, ha expresado su deseo de obtener más información sobre los eventos que llevaron a esta tragedia. “Queremos entender más sobre lo que pasó, para poder procesar nuestra pérdida”, dice Rojas. La familia ha recibido apoyo de la comunidad y organizaciones, pero sigue buscando respuestas claras. El padre enfatiza la importancia de proteger a los niños de cualquier forma de abuso o amenaza, especialmente en entornos donde deberían sentirse seguros, como la escuela.
La historia de Jocelynn ha despertado conciencia sobre el impacto devastador del acoso escolar, especialmente cuando se mezcla con temores relacionados con el estatus migratorio. Las autoridades educativas han prometido revisar sus políticas y ofrecer apoyo a las familias afectadas, aunque algunos padres cuestionan si estas medidas llegaron demasiado tarde para Jocelynn.
Marbella Carranza, madre de Jocelynn, reveló que solo después de la muerte de su hija supo que estaba siendo acosada en la escuela. Los compañeros de clase habrían amenazado con llamar a las autoridades de inmigración para deportar a su familia. A pesar de que la escuela afirma no haber estado enterada de estas situaciones, otros padres reportan haber presenciado burlas y amenazas similares. Organizaciones como la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC) exigen una investigación exhaustiva y responsabilidades para aquellos que no actuaron a tiempo. La muerte de Jocelynn es un recordatorio sombrío de la necesidad de proteger a los niños de todo tipo de discriminación y miedo injustificado.