En el término municipal de Corpa, una antigua cantera de caliza abandonada por Holcim España se ha transformado en un humedal próspero gracias a la colaboración entre la empresa y la ONG Brinzal. Este espacio, que alguna vez fue testigo del ruido constante de camiones, ahora alberga murciélagos, anfibios y diversas aves migratorias como patos y golondrinas. El proceso de restauración ecológica no solo representa un modelo innovador de recuperación ambiental, sino también una oportunidad para reconciliar intereses industriales con objetivos conservacionistas.

Este proyecto comenzó cuando la explotación minera cesó debido a factores económicos y geológicos inesperados. Según Pilar Gegúndez, directora de Medio Ambiente y Sostenibilidad de los Recursos de Holcim, la restauración no significa simplemente rellenar agujeros o plantar árboles; se trata de aprovechar la naturaleza única de estos espacios post-mineros. En este caso particular, el lugar se convirtió en un hábitat libre de pesticidas y contaminantes, ideal para especies vulnerables.

La intervención conjunta entre la empresa y la ONG permitió modificar el plan inicial de restauración, diseñando estrategias más sostenibles. Raúl Alonso, presidente de Brinzal, explicó que el objetivo era preservar el valioso humedal artificial que ya había empezado a formarse naturalmente. Este ecosistema único ofrece refugio a especies dependientes de masas de agua, que escasean cada vez más en la región. Además, se instalaron estructuras artificiales para rapaces, contribuyendo a diversificar aún más el entorno.

El esfuerzo conjunto también incluye actividades educativas y científicas. Estudiantes universitarios realizan investigaciones en el área, mientras que visitas escolares ayudan a crear conciencia sobre la importancia de la minería responsable y la restauración ambiental. Estas actividades generan un impacto positivo en la economía local, beneficiando a pequeños negocios como bares y restaurantes en Corpa.

El ejemplo de La Chanta demuestra que la minería y la conservación pueden coexistir armoniosamente. Con el apoyo de expertos y nuevas técnicas de restauración, es posible convertir antiguos sitios de extracción en santuarios naturales que promueven biodiversidad y conectividad ecológica. Este modelo podría servir de inspiración para futuros proyectos similares en todo el país.