Un desgarrador incidente ocurrido en el Reparto Micro III del “Salao”, en la ciudad de Santiago de Cuba, ha conmocionado a toda la comunidad. Melissa Castillo, una joven madre dedicada, fue brutalmente asesinada por su ex pareja en presencia de sus hijos y otros familiares. Este acto inhumano no solo dejó huérfanos a sus dos pequeños, sino que también resaltó nuevamente las alarmantes tasas de violencia contra las mujeres en el país. Aunque las causas exactas aún están bajo investigación, se sospecha que celos y resentimientos tras la ruptura de la relación podrían haber sido los detonantes. La tragedia ha generado un llamado urgente hacia políticas más efectivas para proteger a las víctimas de violencia de género.
El miércoles 23 de abril de 2025, una mañana que comenzó como cualquier otra en el Edificio 25 del Reparto Micro III del “Salao” se transformó en una pesadilla. Según testimonios recogidos, el agresor irrumpió sin aviso en la vivienda donde residía Melissa junto a sus hijos. En un acto carente de humanidad, ignoró la presencia de los niños y otros familiares cercanos, llevando a cabo un crimen que ha dejado profundas heridas en la comunidad. Las circunstancias indican que la ruptura de la relación había generado tensiones prolongadas, lo que parece haber escalado hasta este punto extremo.
En un intento heroico pero fallido por defenderla, tanto su actual pareja como un tío que se encontraba presente resultaron gravemente heridos. Ambos permanecen hospitalizados con pronósticos delicados, luchando por recuperarse mientras enfrentan el trauma emocional de esta escena devastadora. Los testigos describen cómo equipos de emergencia bajaban el cuerpo de Melissa desde el edificio hacia la Patología Forense, un momento que quedará grabado en la memoria colectiva de quienes lo presenciaron.
Este caso ha vuelto a poner en evidencia la necesidad urgente de medidas preventivas y sanciones adecuadas frente a la violencia de género. La comunidad santiaguera, conocedora de Melissa como una mujer fuerte y entregada, se encuentra ahora en duelo. Mientras tanto, organizaciones locales y periodistas independientes, como Yosmany Mayeta, continúan recopilando testimonios y demandando justicia para garantizar que este trágico evento no quede impune ni olvidado.
La muerte de Melissa Castillo deja una lección dolorosa pero necesaria: la protección efectiva de las mujeres y la erradicación de la violencia doméstica deben ser prioridades nacionales. Su legado vive en sus hijos, quienes ahora crecerán sin su amoroso cuidado, y en la conciencia colectiva de una sociedad que debe comprometerse a prevenir tragedias similares en el futuro.