Teatro de La Abadía Presenta Un Espectáculo Emotivo Durante las Fiestas Navideñas

Dec 27, 2024 at 7:43 AM
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En el corazón de Madrid, el Teatro de La Abadía prepara una experiencia teatral profunda y reflexiva para los días 27, 28 y 29 de diciembre, así como del 2 al 4 de enero. El título elegido, "El mundo está roto pero se puede caminar", escrito por Harkaitz Cano y dirigido por Fernando Bernués, explora la relación entre padres e hijos a través del poder de la lectura y la comunicación. Esta obra, que promete ser un respiro cultural durante las festividades navideñas, narra la historia de un padre que busca reconectar con su hija mediante mensajes escritos en aviones de papel. A lo largo de la trama, la niña aprenderá valiosas lecciones sobre la vida y la literatura, guiada por una bibliotecaria meticulosa. Este espectáculo no solo ofrece una mirada introspectiva sobre las relaciones familiares, sino que también celebra el impacto transformador de los libros en nuestras vidas.

Detalles del Espectáculo: "El Mundo Está Roto Pero Se Puede Caminar"

En pleno invierno, bajo la luz tenue de las fiestas decembrinas, el Teatro de La Abadía en Madrid abre sus puertas para recibir a un público expectante. Entre el 27 y el 29 de diciembre, y nuevamente del 2 al 4 de enero, se presentará "El mundo está roto pero se puede caminar". Escrita por Harkaitz Cano y dirigida magistralmente por Fernando Bernués, esta obra nos sumerge en una historia emotiva centrada en un padre que lucha por comunicarse con su hija después de la pérdida de la madre. Para superar esta brecha emocional, el padre envía diariamente aviones de papel desde su balcón, cada uno conteniendo un mensaje lleno de misiones literarias. Estas misiones, acompañadas por una bibliotecaria atenta, llevarán a la niña a descubrir el vínculo entre los libros y la realidad de la vida. Años después, ya convertida en escritora, la hija regresa a la biblioteca para compartir su experiencia de crecimiento y aprendizaje, reflejada en su primer libro. Con referencias a autores como Jutta Bauer y Julio Cortázar, la protagonista encuentra en una biblioteca infantil un universo de literatura donde explorar y encontrarse a sí misma. A través de este juego propuesto por su padre, ambos logran reconstruir los puentes emocionales que se habían desmoronado, fomentando el amor por contar historias y el placer de escucharlas.

Como espectador, esta obra me ha dejado pensando en la importancia de la comunicación genuina y empática entre generaciones. En un mundo cada vez más fragmentado, "El mundo está roto pero se puede caminar" nos recuerda que incluso en medio de la adversidad, siempre hay esperanza y posibilidades de reconstrucción. Los libros, como herramientas de sanación y conexión, tienen el poder de ayudarnos a navegar por los momentos difíciles, permitiéndonos encontrar sentido y consuelo en la literatura. Esta pieza es un testimonio viviente de cómo la creatividad y el arte pueden ser vehículos para la curación y la comprensión mutua.