El panorama regulatorio del sector financiero español está a punto de cambiar con la introducción de medidas más rigurosas. En el año 2025, el Banco de España intensificará su supervisión sobre las entidades financieras que se encuentran bajo su vigilancia directa, con el objetivo principal de garantizar el cumplimiento de los requisitos establecidos y mejorar su estabilidad. Este enfoque busca adaptarse a los desafíos contemporáneos, como riesgos geopolíticos, sostenibilidad y avances tecnológicos.
Para las instituciones de menor tamaño, conocidas como LSI, las prioridades incluyen un análisis minucioso de prácticas crediticias deficientes, así como una revisión exhaustiva de carteras potencialmente vulnerables. Además, el supervisor continuará monitoreando las acciones correctivas requeridas tras revisiones previas y asegurándose de que estas entidades ajusten sus operaciones conforme a la normativa europea DORA. También destaca la necesidad de fortalecer la gobernanza corporativa, centrándose en la transparencia salarial, la diversificación de los consejos de administración y la adecuada planificación de sucesión.
En cuanto a la gestión de riesgos, tanto los grandes bancos como las entidades menos significativas enfrentan retos importantes. Aunque los primeros han logrado mantener bajos niveles de activos dudosos gracias a esfuerzos supervisores y mejoras internas, ciertos sectores aún muestran cifras preocupantes. Para abordar esta situación, se han implementado estrategias específicas de reducción y se han impuesto requerimientos adicionales de capital donde sea necesario. Paralelamente, se ha instado a varias instituciones a reforzar sus sistemas de provisiones legales relacionadas con conflictos de mercado.
La transformación digital y la sostenibilidad ambiental también son áreas clave de atención. El Banco de España ampliará sus evaluaciones in situ para verificar cómo las entidades están gestionando el impacto del cambio climático en sus operaciones. Al mismo tiempo, se fomenta una mayor capacidad de generación interna de capital en un contexto de fluctuaciones económicas. Estas iniciativas reflejan un compromiso firme con la mejora continua del sistema financiero español, promoviendo transparencia, equidad y responsabilidad social.