Su vida ha sido marcada por eventos cruciales. En 1994, el hijo mayor de Hafez Assad, Bassel, murió en un accidente automovilístico. Bashar, como el segundo hijo del mandatario, tuvo que regresar de su formación médica en Gran Bretaña y prepararse para reemplazar a su padre.
En 1999, se convirtió en coronel del Ejército sirio, marcando un hito en su carrera. Y en 2000, tras la muerte de Hafez Assad tras 29 años en el poder, Bashar al-Assad fue elegido sin oponentes como presidente de Siria.
Desde entonces, ha sufrido fuertes críticas internacionales. Estados Unidos impuso sanciones a él y a otros altos funcionarios de Siria en 2011. El presidente Barack Obama lo criticó duramente, afirmando que el régimen de Assad había elegido el camino del asesinato y los arrestos masivos de sus ciudadanos.
Tanto Estados Unidos como la Unión Europea pidieron la dimisión de al-Assad. Las autoridades estadounidenses impusieron nuevas sanciones económicas en 2011, congelando los activos del gobierno sirio en Estados Unidos y prohibiendo a los estadounidenses hacer nuevas inversiones en Siria.
En 2012, se reunió con el enviado de la ONU Kofi Annan para discutir sobre el baño de sangre en Siria. Y en 2013, expuso su solución para la crisis actual de Siria, proponiendo un diálogo nacional y una nueva Constitución.
En 2014, fue reelegido con el 88,7% de los votos, siendo las primeras elecciones después de que comenzó la guerra civil. Y en 2015, afirmó que su régimen había sido informado de los esfuerzos de una coalición liderada por Estados Unidos para derrotar a ISIS en Siria, pero que no se uniría a una coalición internacional que tratara de “degradar y destruir” a ISIS.
En 2016, fue nombrado en una demanda por homicidio por la familia de la periodista Marie Colvin asesinada en 2012. Pero否认 que el gobierno sirio fuese responsable de su muerte.
En 2017, Estados Unidos lanzó un ataque con misiles sobre una base aérea del gobierno sirio en respuesta a un ataque con armas químicas. Y en 2018, pidió a Estados Unidos que abandonara Siria.
En 2021, fue reelegido con el 95,1% de los votos, aunque Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Alemania e Italia calificaron las elecciones como “fraudulentas”.
En 2022, llegó a los Emiratos Árabes Unidos y se reunió con el jeque Mohammed bin Rashid al-Maktoum y el príncipe heredero. Y en 2023, asistió a una cumbre de la Liga Árabe por primera vez desde que su país fue suspendido.
Finalmente, en 2024, después de que los rebeldes invadieran la capital, Damasco, el largo mandato de Bashar al-Assad llegó a su fin. Los sirios estuvieron celebrando en las calles, marcad un final significativo en la historia de la nación.