Pekín, la capital de China, se enfrenta a un desafío único: la escasez de placas de automóvil. Debido a una política pública diseñada para reducir la propiedad de vehículos y la contaminación, la obtención de una placa se ha convertido en una hazaña casi imposible, generando un mercado de alquiler que rivaliza con el costo de un pequeño apartamento. Sin embargo, esta situación ha impulsado una transformación en la movilidad de la ciudad, promoviendo alternativas más sostenibles y reduciendo significativamente las emisiones de carbono.
Una Oportunidad Escasa y Codiciada
La Lotería de Placas: Una Medida Drástica para Reducir la Contaminación
La lotería de placas de Pekín, implementada en 2011, se ha convertido en un mecanismo crucial para controlar el número de vehículos en la ciudad. Originalmente diseñada para reducir el tráfico y la contaminación, esta política ha generado una demanda abrumadora, con más de 3,34 millones de solicitantes compitiendo por apenas 100,000 placas disponibles cada año. La probabilidad de ganar la lotería se ha desplomado del 9,4% en 2011 al 0,2% en 2019, lo que ha provocado que el tiempo de espera para obtener una placa se haya extendido de menos de seis meses a alrededor de 40 años.El Valor de una Placa: Más que una Casa
Como resultado de esta escasez, el costo de alquilar una placa de Pekín se ha disparado, llegando a alcanzar entre 10,000 y 20,000 yuanes anuales (aproximadamente entre 28,000 y 56,000 pesos mexicanos). Algunos residentes de la capital incluso afirman que tener una placa es más valioso que poseer una casa. Este mercado de alquiler ha generado una nueva fuente de ingresos, convirtiéndose en una renta suficiente para un jubilado.La Lotería de Placas: Una Oportunidad Esquiva
Álvaro Lago, un residente de Pekín, lleva más de una década inscrito en el programa de lotería de placas, sin éxito hasta el momento. Sin embargo, mantiene la esperanza, ya que uno de sus connacionales logró obtener una placa solo seis meses después de inscribirse. Esta lotería se ha convertido en un anhelo para muchos habitantes de la capital, quienes ven en ella la posibilidad de acceder a un bien cada vez más escaso y codiciado.Restricciones y Sanciones: Controlando la Circulación Vehicular
Además de la lotería de placas, Pekín ha implementado otras medidas para reducir el parque vehicular, como la restricción de circulación para los automóviles que no cuentan con placas de la ciudad. Estos vehículos solo pueden circular una semana al mes, y un sistema de cámaras monitorea y sanciona a quienes incumplan esta normativa. Otras 50 ciudades de China han adoptado políticas similares, demostrando la determinación del país por abordar el desafío de la contaminación y la congestión vehicular.La Industria Automotriz Sigue Creciendo
A pesar de estas medidas restrictivas, la industria automotriz china sigue en auge. Se prevé que para 2024, las ventas totales de vehículos en el mercado interno alcancen los 31 millones de unidades, y las de vehículos eléctricos de nueva energía lleguen a 11,5 millones. Pekín ha adaptado su política de placas para favorecer a estos últimos, asignando 80,000 de las 100,000 placas anuales a los automóviles eléctricos, en un esfuerzo por estimular el mercado y promover una movilidad más sostenible.Cambios en el Comportamiento de Movilidad
La escasez de placas ha tenido un impacto significativo en el comportamiento de los residentes de Pekín. Según los investigadores Yifei Quan y Lunyu Xie, después de esperar 26 meses para obtener una placa, la probabilidad de que los ganadores cambien su método de desplazamiento a la conducción se reduce en un 16%. Este cambio de comportamiento ha reducido el kilometraje anual de vehículos en la ciudad en 8,48 millones de kilómetros y ha evitado 2,000 toneladas de emisiones de dióxido de carbono por año.Riesgos y Desafíos del Alquiler de Placas
Aunque el alquiler de placas obtenidas a través del sistema de lotería se ha convertido en una opción para algunos, esta práctica conlleva riesgos. Existe la posibilidad de que la placa sea revocada, o que el propietario del vehículo tenga un percance grave que implique responsabilidad para quien arrendó el permiso. Además, algunos usuarios han reportado que el dueño de la placa puede vender el automóvil, dejando al arrendatario sin opción de movilidad.En resumen, la lotería de placas de Pekín ha generado una situación única, donde la escasez de este bien ha impulsado una transformación en la movilidad de la ciudad. Si bien la obtención de una placa se ha convertido en una hazaña casi imposible, esta política ha promovido alternativas más sostenibles, reducido significativamente las emisiones de carbono y creado un mercado de alquiler que rivaliza con el costo de una vivienda. La determinación de Pekín por abordar los desafíos de la contaminación y la congestión vehicular ha sido un catalizador para este cambio, sentando un precedente que otras ciudades de China han adoptado.