El entrenador del equipo de baloncesto del Real Madrid, Chus Mateo, analizó la reciente derrota frente al Olympiacos en Grecia. Este enfrentamiento, con un marcador final de 77-71, dejó a los griegos con ventaja de 2-0 en la serie. A pesar de las dificultades, Mateo destacó aspectos técnicos y emocionales que impulsarán al equipo para el próximo duelo en Madrid. Además, reiteró su postura respecto a no culpar a los árbitros por los resultados.
Mateo reconoció las deficiencias tácticas del equipo, particularmente en el juego interior y en decisiones críticas hacia el final del partido. Sin embargo, subrayó la importancia de mantener la fe y seguir trabajando arduamente para revertir la situación adversa en casa. Su perspectiva se centró en mejorar el desempeño colectivo sin excusas externas.
El entrenador madrileño identificó áreas clave donde su equipo necesita ajustarse antes del tercer enfrentamiento. Reconoció errores significativos en momentos decisivos del encuentro, como pérdidas innecesarias y una defensa menos efectiva en la pintura. Estos factores determinaron la diferencia en el marcador.
En detalle, el entrenador enfatizó que, aunque el inicio fue prometedor, fallos en ataque y deficiencias en la estrategia interna fueron determinantes. Vezenkov y Milutinov lideraron el ataque griego con actuaciones sobresalientes. Para evitar repeticiones, Mateo mencionó la necesidad de revisar el video del partido y realizar cambios específicos en la dinámica del equipo. "Tenemos que minimizar nuestras debilidades y maximizar nuestras fortalezas", señaló, añadiendo que el enfoque estará en corregir errores puntuales que definieron el rumbo del juego.
Más allá de lo técnico, Chus Mateo destacó la importancia de la mentalidad ganadora y la perseverancia. Subrayó frases emblemáticas del club, como "Hasta el final, vamos Real", para motivar a sus jugadores. Según él, esta actitud debe ser el motor que impulse al equipo hacia la victoria en el siguiente partido.
Además, Mateo reiteró su política de no involucrar factores externos, como el arbitraje, en la evaluación de los partidos. Aunque algunos miembros del equipo expresaron frustración por decisiones polémicas, el entrenador mantuvo una postura firme sobre la honestidad de los árbitros. "No podemos controlar todo, pero sí cómo respondemos ante las adversidades", explicó. Su mensaje final fue claro: el éxito dependerá únicamente de la mejora continua y la dedicación plena del equipo en el próximo duelo.