Una empresa histórica de Vitoria se encuentra al borde del cierre definitivo. Tras un fallo judicial, la compañía especializada en pintura industrial ha entrado en una fase crítica que podría marcar el fin de sus operaciones. Este desarrollo ha generado preocupación entre los trabajadores y observadores del sector. El dictamen oficial pone fin a cuatro años de gestión por parte de nuevos propietarios y abre camino a la liquidación de activos.

La situación actual de la empresa es el resultado de una serie de acontecimientos que comenzaron hace medio año. En ese entonces, la firma cerró sus instalaciones en el polígono Júndiz, lo que desencadenó protestas laborales. La decisión del tribunal ahora marca una etapa decisiva para la organización fundada en los años sesenta. Los administradores Javier Ortiz de Zárate Martínez y Antonio Sánchez Recarte han sido relevados de sus funciones tras adquirir la empresa en 2019.

El declive de esta entidad no solo afecta a su estructura interna, sino que también ha tenido repercusiones en su matriz, Roots Hold. Esta última ha seguido un camino similar hacia la insolvencia. Ante este escenario, surgen preguntas sobre el futuro de las instalaciones industriales y el impacto en la economía local. Las cifras financieras recientes muestran una facturación significativa, pero no han sido suficientes para evitar este desenlace.

Los empleados y ex administradores enfrentan un período de incertidumbre tras el fallo judicial. Aunque la empresa había mostrado resultados positivos en años anteriores, la situación actual plantea desafíos sin precedentes. La comunidad empresarial de Vitoria observa con atención los próximos pasos en este proceso, que podrían tener implicaciones más amplias para la región.