Desde 2003, Austria ha implementado un sistema innovador denominado "mochila laboral", que reemplaza las tradicionales indemnizaciones por despido con un fondo personal gestionado como una pensión. Este modelo ha llamado la atención de organizaciones internacionales y gobiernos, incluyendo España, donde se analiza su posible adopción parcial. Según la experta financiera Natalia de Santiago, este mecanismo no afecta los beneficios del seguro de desempleo, sino que transforma exclusivamente cómo se abordan las compensaciones relacionadas con la antigüedad laboral.
En un entorno económico cada vez más dinámico, Austria adoptó un enfoque novedoso para resolver problemas estructurales en el mercado laboral. En lugar de depender de pagos directos por despido, cada empleado cuenta con un fondo administrado por su empresa, similar a contribuciones a la seguridad social. Este fondo, gestionado profesionalmente para generar rentabilidad, acumula mensualmente fondos que pueden utilizarse en caso de despido o incluso como complemento a la jubilación si nunca se emplean durante la carrera profesional. Además, si el trabajador fallece repentinamente, estos recursos pueden ser destinados a pensiones de viudedad u orfandad.
Este sistema ofrece ventajas significativas. Por ejemplo, al cambiar voluntariamente de empleo, el trabajador conserva sus derechos acumulados, lo cual fomenta la movilidad laboral sin penalización. En contraste con modelos actuales, esta modalidad reduce la diferencia entre empleados temporales y permanentes, incentivando la creación de empleo estable y mejorando la productividad empresarial.
Según De Santiago, este modelo podría mitigar tres grandes retos del mercado laboral español: la excesiva temporalidad, los altos niveles de desempleo y la baja productividad. Aunque la transición inicial requiere inversión significativa, existen propuestas para financiarla mediante fondos europeos, minimizando el impacto en empresas, trabajadores y estado.
Desde la perspectiva de un periodista, este sistema refleja una visión progresiva hacia un futuro laboral más flexible y justo. Al centrarse en la acumulación de derechos portátiles, se fortalece la estabilidad económica individual sin comprometer la competitividad empresarial. Este enfoque invita a reflexionar sobre cómo podemos adaptar nuestras estructuras laborales tradicionales para responder a las necesidades cambiantes del siglo XXI. Si bien los cambios implican desafíos iniciales, la posibilidad de crear un entorno laboral más inclusivo y equitativo justifica la exploración de soluciones innovadoras como la "mochila laboral".