En un giro notable para el panorama comercial español, el sector de la moda ha demostrado ser más rentable a pesar de una disminución en el número de empresas operativas. En 2023, las ventas minoristas de moda generaron ingresos por valor de 25.258 millones de euros, marcando un aumento del 7% en comparación con el año anterior. Este crecimiento se produce incluso mientras el sector reduce su tamaño, reflejando una consolidación que parece estar beneficiando a las empresas restantes.
En un contexto económico dinámico, el sector de la moda española está experimentando cambios significativos. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), aunque el número de compañías dedicadas al comercio minorista de moda ha disminuido progresivamente desde 2018, la cifra de negocio total sigue aumentando. En términos absolutos, el cierre de 2023 dejó un total de 62.591 empresas activas, lo que representa una pérdida de 3.681 negocios respecto al año anterior.
La mayor parte de los ingresos, un impresionante 85,5%, proviene de la venta al por menor de prendas de vestir en tiendas especializadas, alcanzando los 21.606 millones de euros. Por otro lado, el calzado y artículos de cuero contribuyeron con un 13,2% de los ingresos, sumando un total de 3.337 millones de euros. Las ventas realizadas en mercadillos apenas representaron un 1,2% del mercado total.
Desde 2018, el sector ha mostrado una tendencia irregular pero positiva en términos de ingresos, con aumentos anuales fluctuantes entre el 4% y el 19,8%. Sin embargo, este crecimiento contrasta con la reducción constante en el número de empresas, lo que sugiere una consolidación hacia negocios más grandes y eficientes.
Este fenómeno es especialmente visible en el cambio del peso relativo del sector dentro del comercio español. Mientras que en 2018 la moda representaba un 10% del total de empresas comerciales, actualmente ocupa solo un 9%. Aunque menor en cantidad, su impacto financiero sigue siendo considerable, ya que representa un 2,5% del total del comercio en España.
En resumen, el sector de la moda en España está evolucionando hacia una estructura más compacta y productiva, donde menos actores generan mayores resultados económicos.
Desde una perspectiva periodística, este análisis del sector de moda revela cómo la calidad y la eficiencia pueden superar la cantidad. El declive en el número de empresas no necesariamente implica debilidad; más bien, puede interpretarse como una señal de madurez económica, donde los negocios sobrevivientes son más resilientes y competitivos. Este caso ejemplifica cómo la adaptación a nuevas realidades económicas puede fortalecer industrias enteras, ofreciendo lecciones valiosas para otros sectores en transición.