Un clásico mexicano ha logrado posicionarse entre los bocadillos más apreciados del mundo. Este snack, reconocido por su sencillez y exquisitez, es ampliamente disfrutado en diversas regiones bajo variaciones únicas. Las quesadillas, como se les conoce, han sido destacadas recientemente por una plataforma mundial que evalúa platillos internacionales. Estas preparaciones, aunque simples en su concepto, poseen un poder culinario que ha trascendido fronteras y generaciones.

Existen diferencias notorias dependiendo de la región geográfica dentro del país. En el norte, las quesadillas suelen elaborarse con tortillas de harina, mientras que hacia el sur predominan aquellas hechas con maíz. Acompañamientos como salsas, guacamole o incluso vegetales frescos aportan un toque especial al sabor. Sin embargo, su origen no está exento de controversia; si bien el maíz es nativo de esta tierra, el queso llegó junto con los españoles durante la época colonial. Esta fusión cultural dio lugar a lo que hoy conocemos como un antojito nacional.

La versatilidad define a este manjar que puede incluir diversos ingredientes según preferencia personal. Aunque tradicionalmente asociada con el queso, existen variaciones que incorporan carnes, guisos o vegetales. Curiosamente, en algunas zonas metropolitanas como la Ciudad de México, el queso puede ser opcional, dejando espacio para innovaciones culinarias. Más allá de debates sobre su composición ideal, lo cierto es que la quesadilla representa un ejemplo perfecto de cómo las raíces culturales pueden transformarse en algo universalmente celebrado, conectando corazones y estómagos alrededor del planeta.