En una situación alarmante que ha alcanzado proporciones críticas, el personal médico del Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso en Oaxaca ha denunciado severas deficiencias en la provisión de medicamentos y suministros esenciales. Este centro médico, administrado por el programa IMSS-Bienestar, enfrenta un panorama desolador marcado por escasez de recursos, condiciones laborales precarias y falta de liderazgo institucional. A través de una conferencia de prensa celebrada recientemente, los trabajadores han expuesto cómo esta crisis está comprometiendo gravemente la atención médica a miles de pacientes oaxaqueños.
Desde hace más de tres meses, un comité transitorio enviado supuestamente para evaluar y mejorar las operaciones del hospital no ha logrado mostrar avances concretos. Según testimonios de empleados, el nivel actual de abastecimiento de medicamentos apenas llega al 20% o 25%, afectando especialmente a los sectores más vulnerables que dependen exclusivamente de este servicio público. Las autoridades responsables han sido acusadas de ignorar las necesidades fundamentales del personal y los pacientes.
El impacto emocional y físico sobre el equipo médico es evidente. Departamentos clave como farmacia, enfermería y admisión funcionan bajo una enorme presión sin recibir apoyo institucional adecuado. A pesar de estas dificultades, los trabajadores continúan ofreciendo sus servicios mientras expresan que la situación se ha vuelto insostenible. Entre sus demandas prioritarias destacan la dotación inmediata de medicamentos según el Cuadro Básico actualizado, la publicación de análisis realizados por el comité federal, y la garantía de derechos laborales establecidos.
Los profesionales de la salud también solicitan transparencia en la implementación del nuevo modelo operativo, el pago pendiente de estímulos y horas extras, así como mejoras urgentes en infraestructura y mantenimiento del hospital. El director general del IMSS-Bienestar, Alejandro Svarch Pérez, ha sido directamente responsabilizado por las consecuencias de esta crisis, tanto en términos de atención médica como de estabilidad laboral del personal.
La centralización de la atención médica impulsada por el Gobierno Federal parece estar fallando en su propósito inicial de proporcionar servicios universales, gratuitos y de calidad. En lugar de mejorar, la transición ha resultado perjudicial para este importante centro médico. Los trabajadores han lanzado un llamado a la unidad entre el gremio médico y la ciudadanía para defender el derecho fundamental a la salud pública y condiciones laborales justas.
Esta denuncia refleja no solo una crisis institucional, sino también un desafío ético para las autoridades responsables. Sin una intervención rápida y efectiva, el futuro de miles de pacientes oaxaqueños corre serio peligro. La salud pública no puede seguir siendo rehén de decisiones burocráticas insensibles ni simulaciones administrativas.