El Controvertido Uso de la Ketamina: De Anestésico a Tratamiento Antidepresivo

Mar 30, 2025 at 12:53 AM

Un compuesto inicialmente desarrollado para fines anestésicos se ha transformado en un tema central tanto en el ámbito médico como en el social. La ketamina, una sustancia sintetizada por primera vez hace más de medio siglo, ha evolucionado desde su uso clínico hasta convertirse en una droga recreativa popular y, recientemente, en un tratamiento innovador para trastornos depresivos severos. Aunque millones de europeos han reconocido su consumo, las autoridades sanitarias han comenzado a explorar sus beneficios terapéuticos bajo estrictas condiciones médicas.

En 1962, esta molécula fue creada como un potente agente anestésico. Su introducción en los hospitales durante la década de 1970 marcó un antes y un después en el manejo del dolor, especialmente en situaciones críticas como la Guerra de Vietnam. Hoy en día, sigue siendo ampliamente utilizada en procedimientos quirúrgicos debido a sus efectos analgésicos rápidos y confiables. Sin embargo, fuera del entorno médico, la ketamina ha ganado notoriedad como "Special K" o "Super K", nombres que reflejan su creciente abuso en Europa. En Barcelona, por ejemplo, su presencia en las aguas residuales ha aumentado significativamente, destacando su popularidad entre ciertos sectores de la población.

Los efectos de la ketamina varían según la dosis. En pequeñas cantidades, puede generar síntomas similares al consumo excesivo de alcohol, como dificultad para hablar o coordinarse. Sin embargo, en dosis elevadas, provoca alucinaciones, desorientación temporal y riesgos graves como la depresión respiratoria. Además, quienes consumen esta sustancia con frecuencia desarrollan tolerancia rápidamente, lo que incrementa la probabilidad de adicción y daños cognitivos irreversibles.

Paralelamente, en el campo de la salud mental, un derivado llamado esketamina ha demostrado ser prometedor para pacientes con depresión resistente a tratamientos convencionales. Aprobado en 2022 por la Agencia Europea del Medicamento, este método innovador implica la administración intranasal del fármaco en sesiones semanales supervisadas. Si bien ofrece resultados positivos, requiere precauciones debido a posibles efectos secundarios como náuseas o mareos.

Más allá de sus usos legítimos e ilegítimos, queda claro que la ketamina es una sustancia poderosa cuyas aplicaciones deben ser manejadas con cuidado. Mientras algunos buscan soluciones médicas para enfermedades mentales, otros enfrentan los peligros de su mal uso. Este dualismo subraya la necesidad de políticas educativas y regulatorias que equilibren ambos extremos.