La industria automotriz mexicana enfrenta cambios significativos en sus patrones de venta. En el presente año, las ventas de autos nuevos han mostrado una disminución considerable, mientras que las transacciones de vehículos seminuevos experimentan un crecimiento notable. Según datos recientes, cada concesionario ha comercializado aproximadamente 46 unidades nuevas mensuales, lo que representa una caída del 2.1%. Por otro lado, las compras de autos seminuevos o usados han aumentado en un 4.9%. La incertidumbre económica y la desaceleración proyectada juegan un papel crucial en este fenómeno.
Los expertos destacan que la situación actual está influenciada por diversos factores económicos y comerciales. Guillermo Rosales, presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), señala que la inseguridad económica lleva a muchos consumidores a optar por vehículos seminuevos o usados en lugar de nuevos. Esta tendencia se ve reforzada por la ausencia de pedidos pendientes derivados de la pandemia, los cuales habían impulsado las cifras anteriores. Eric Ramírez, director para América Latina y el Caribe de Urban Science, menciona que tras estabilizarse los inventarios y la oferta, las tasas de crecimiento están regresando a niveles más moderados. Además, destaca que la menor movilidad durante la pandemia ha dejado una oportunidad interesante en el mercado de seminuevos, ya que hay vehículos con bajo kilometraje disponibles.
En este contexto, surge una nueva perspectiva sobre la compra de autos usados. Las instituciones financieras y distribuidores están desarrollando estrategias para hacer más accesibles estos vehículos mediante mejores condiciones de crédito. Sin embargo, es importante tener en cuenta ciertos detalles antes de adquirir un auto usado. El financiamiento de estos vehículos puede ser hasta 4 puntos porcentuales más alto que el de uno nuevo debido a mayores riesgos percibidos. Por ello, Ramírez sugiere considerar opciones como pagos al contado o financiamientos cortos directamente con los distribuidores. Este cambio en la preferencia de los consumidores podría transformar el panorama del sector automotor hacia un equilibrio más sostenible entre nuevos y usados, beneficiando tanto a compradores como vendedores.
El ajuste en las preferencias de compra no solo refleja una respuesta ante circunstancias económicas actuales, sino también una adaptación inteligente de los consumidores. Optar por un vehículo seminuevo puede representar una decisión estratégica frente a la incertidumbre, demostrando que incluso en tiempos complejos, existen oportunidades para tomar decisiones responsables y convenientes. Este movimiento hacia alternativas más accesibles ejemplifica cómo la innovación en productos y servicios puede abrir puertas a soluciones prácticas y beneficiosas para todos.