En medio de una atmósfera lluviosa pero vibrante, la Gala MET de 2025 rindió homenaje a la moda masculina afroamericana con un tema titulado "Superfine: Tailoring Black Style". Este concepto exploró cómo las interpretaciones contemporáneas de la sastrería negra han dejado una huella imborrable en el mundo de la moda. Desde los primeros pasos de Colman Domingo hasta las apariciones estelares de Lewis Hamilton y Pharrell Williams, cada detalle de esta noche fue meticulosamente planificado para resaltar la importancia cultural de este segmento dentro de la industria.
Colman Domingo abrió el desfile con una capa azul rey que simbolizaba más que una elección estética; representaba un tributo al fallecido editor y estilista Andre Leon Tally, figura fundamental en la historia de la moda estadounidense. Esta prenda, cargada de significado, marcó el tono para una noche dedicada a celebrar las raíces y evolución de la moda afroamericana.
Pharrell Williams destacó con una reinterpretación moderna del clásico traje rayado. Su versión, realizada en crema con rayas de perlas, combinaba tradición con innovación tecnológica en materiales y diseño. Durante su intervención, el músico expresó su gratitud hacia Anna Wintour por haber seleccionado este tema tan inclusivo y empoderador. Para él, esta plataforma no solo era un reconocimiento a la moda afroamericana, sino también una oportunidad para amplificar historias y voces que históricamente habían sido marginadas en la industria.
Otro momento destacado lo protagonizó Bad Bunny, quien optó por un look que fusionaba elementos contemporáneos con la identidad cultural puertorriqueña. Con un atuendo marrón y un sombrero inspirado en el jíbaro, el artista demostró cómo la moda puede ser tanto una declaración personal como una conexión profunda con las raíces culturales. Este gesto reflejó la diversidad dentro de la diáspora latina y su intersección con la moda afroamericana.
Aunque el tema principal giraba en torno a la moda masculina, las mujeres presentes ofrecieron interpretaciones únicas que ampliaron la conversación sobre género y estilo. Lupita Nyong’o, Zoe Saldaña y Sarah Snook se destacaron con diseños que reinterpretaban los códigos tradicionales del dandyismo masculino. Estas creaciones no solo eran visualmente impresionantes, sino que también planteaban preguntas importantes sobre la fluidez de género en la moda actual.
Diana Ross capturó la atención con un vestido crema adornado con los nombres de sus hijos y nietos bordados en la tela. Este detalle personalizó aún más el acto de vestir, convirtiéndolo en una narrativa familiar que resonó profundamente con el público asistente. La presencia de estas figuras femeninas enriqueció la discusión sobre cómo la moda puede trascender barreras y convertirse en una herramienta de expresión colectiva.
Más allá de su papel como evento social, la Gala MET de 2025 funcionó como un catalizador para conversaciones sobre diversidad e inclusión en la moda. Al nombrar a cuatro hombres negros como co-anfitriones, Anna Wintour envió un mensaje claro sobre la importancia de visibilizar talentos subrepresentados. Este esfuerzo no solo benefició a las casas de moda participantes, sino que también sirvió como un recordatorio de la riqueza cultural que existe dentro de la comunidad afroamericana.
Además, el evento recaudó fondos cruciales para el Costume Institute, uno de los museos de moda más influyentes del mundo. Estas contribuciones permitirán continuar investigando y exhibiendo colecciones que cuentan historias fundamentales sobre la humanidad a través de la moda. En un contexto donde la representación sigue siendo un desafío constante, esta gala se destacó como un ejemplo de cómo la moda puede ser un puente hacia la comprensión mutua.