Padres controladores: ¿cómo afectan a los hijos adolescentes?

Aug 5, 2024 at 5:00 AM
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Cómo Evitar Que la Sobreprotección Dañe a Tus Hijos

La sobreprotección de los padres hacia sus hijos, aunque bien intencionada, puede tener consecuencias negativas a largo plazo. Expertos en psicología y mediación familiar analizan cómo este tipo de crianza puede afectar el desarrollo emocional, social y psicológico de los menores, y ofrecen consejos para encontrar un equilibrio saludable entre guía y autonomía.

Descubre cómo la sobreprotección puede perjudicar a tus hijos y aprende a fomentar su independencia de manera responsable

Entender los Efectos de la Sobreprotección

Según los expertos consultados, la sobreprotección, también conocida como "crianza helicóptero", se caracteriza por un control y supervisión excesivos por parte de los padres. Esto puede deberse a un temor por la seguridad de los hijos o a la intención de evitarles cometer errores. Sin embargo, esta actitud puede tener consecuencias negativas a largo plazo.La psicóloga general sanitaria Mariana Capurro señala que la "presión constante por cumplir las expectativas de los padres y la falta de control sobre su propia vida pueden aumentar los niveles de ansiedad y estrés en los jóvenes". Esto puede dificultar el desarrollo de habilidades sociales esenciales y la capacidad para establecer relaciones saludables.Por su parte, el mediador familiar Antoni Jiménez Massana explica que los padres sobreprotectores "intentan manejar o controlar las emociones de sus hijos en lugar de permitirles experimentar y gestionarlas". Esto puede derivar en problemas para manejar conflictos y en una evitación de desafíos y oportunidades de crecimiento.

Cómo Afecta la Sobreprotección en la Adolescencia

La adolescencia es una etapa crucial en la que los jóvenes necesitan desarrollar su autonomía e independencia. Sin embargo, los padres sobreprotectores pueden entorpecer este proceso.Capurro explica que estos progenitores "saben todo sobre sus amigos, incluso tienen cierta relación con ellos; están presentes en sus redes sociales y llegan a revisar conversaciones privadas sin ningún tipo de consentimiento o aviso previo". Esta intrusión en la vida de los hijos puede generar una gran falta de confianza en sus propias habilidades, impactando directamente en su autoestima.Además, la "presión constante por cumplir expectativas de los padres y la falta de control sobre su propia vida pueden aumentar los niveles de ansiedad y estrés" en los adolescentes, lo que puede complicar sus interacciones sociales. Por el contrario, algunos jóvenes pueden volverse "extremadamente rebeldes y resistir cualquier forma de autoridad".

Historias de Sobreprotección y sus Consecuencias

Isaac, un estudiante de 19 años, relata cómo la sobreprotección de sus padres le afectó en su desarrollo. "Se me cuestionaba todo, mis decisiones, mis ideas... y si ya siempre había sido muy introvertido, cada vez me encerraba más en mí y esperaba a que decidiesen por mí", explica.Fue hasta el año pasado que Isaac buscó ayuda profesional, lo que le permitió "autodefinirse y valorarse más". Finalmente, tuvo una conversación con sus padres en la que les dejó claro que quería estudiar la carrera que él había elegido, y se mudó a una residencia universitaria.Por otro lado, Susana, una ama de casa de 54 años, cuenta cómo su sobreprotección hacia su hija Lidia, de 14 años, llegó a ser "enfermiza" y a perjudicarla en su actividad diaria. "Siempre he querido estar muy presente en la vida de mi hija y ayudarla con todo, pero no veía que esa forma de actuar fuese excesiva. Le exigía a menudo cambiar de ideas y la manipulaba", relata.Fue la intervención de la profesora de Lidia la que hizo que Susana tomara conciencia de que su comportamiento estaba limitando el desarrollo de su hija. "Quería ayudar, pero pretendía vivir una vida que no me correspondía. Hay mucho dentro que hemos de sanar como adultos", reconoce.

Cómo Encontrar el Equilibrio Adecuado

Los expertos coinciden en que es fundamental que los padres encuentren un equilibrio entre proporcionar guía y permitir la autonomía necesaria en el desarrollo de sus hijos.Jiménez Massana señala que, aunque la intención de los padres sobreprotectores suele ser la de garantizar el éxito de sus hijos, terminan "involucrándose sobremanera en todos los aspectos de su vida". Esto puede generar en los progenitores "una sensación de frustración y agotamiento" al intentar controlar todo.Por ello, Capurro aconseja "mantener una comunicación abierta, predisposición al diálogo, no juzgarlos constantemente y apoyarlos". Además, destaca que "el respeto debe ser mutuo y el apoyo emocional también".En definitiva, los expertos coinciden en que es crucial que los padres tomen conciencia de sus patrones de crianza y los adapten a las necesidades reales de sus hijos, lo que requerirá "trabajo, esfuerzo y constancia". Solo así podrán evitar que la sobreprotección dañe el desarrollo de los menores.