Desesperación y Esperanza: Padres Migrantes Confían la Custodia de sus Hijos a Líderes Comunitarios

Feb 15, 2025 at 1:05 AM

En Estados Unidos, muchas familias migrantes enfrentan una decisión angustiante: entregar temporalmente la custodia de sus hijos para protegerlos ante el temor de una posible deportación. En un suburbio cercano a la Casa Blanca, en Maryland, el padre Vidal Rivas ha asumido la tutela legal de 14 menores cuyos padres han decidido tomar esta medida drástica. Este fenómeno refleja la creciente preocupación y desesperación que viven los inmigrantes indocumentados, quienes buscan garantizar la seguridad y bienestar de sus descendientes en caso de ser expulsados del país.

En un vecindario aparentemente tranquilo y diverso, situado apenas a pocos kilómetros de la capital estadounidense, el líder de la Iglesia Católica Episcopal San Mateo se ha convertido en el guardián de niños cuyos padres han optado por cederles su custodia. El sacerdote describe cómo el miedo ha llevado a muchas familias a tomar decisiones extremas, incluso llegando al punto de confiar a sus hijos a personas que apenas conocen. "El miedo ha sobrepasado los límites de la humanidad," afirma el padre Rivas, quien acumula documentos legales que formalizan estas transferencias de custodia.

Aunque este proceso no impide la deportación de los padres, sí asegura que los menores tengan un tutor legal en territorio estadounidense. Los procedimientos legales varían según el estado, pero en Maryland, las familias pueden gestionar la tutela de manera digital sin necesidad de acudir a tribunales o instituciones gubernamentales. Este mecanismo ha facilitado que más familias puedan tomar medidas preventivas para proteger a sus hijos.

La responsabilidad que asume el padre Rivas es enorme. No solo debe cuidar de los menores, sino también cumplir con los deseos específicos de cada familia sobre el futuro de sus hijos. Algunos padres solicitan que sus hijos sean enviados a su país de origen después de la deportación, mientras que otros prefieren que permanezcan en Estados Unidos para continuar su educación. Cada caso es único y requiere atención personalizada.

Más allá de Maryland, este fenómeno no es aislado. En diversos estados del país, otros líderes religiosos, profesores y activistas han recibido solicitudes similares. Cathy Camineros, una migrante venezolana en Washington D.C., relata haber sido abordada por una madre que le pidió que cuidara de su bebé y su hija pequeña. Esta experiencia ilustra el nivel de desesperación que vive algunos padres indocumentados, quienes confían a sus hijos a desconocidos en busca de un mejor futuro.

En medio del debate político sobre migración y leyes de deportación, la realidad en el terreno es otra. Familias se separan bajo el peso del miedo y la incertidumbre, dejando a sus hijos en manos de extraños con la esperanza de que estén seguros. Este fenómeno subraya la complejidad de la situación migratoria y su impacto directo en las vidas de miles de personas.