Arturo: Un Ángel con Síndrome de Down que Ilumina el Camino

Aurora Sánchez Carballido, una profesora de EGB y licenciada en historia contemporánea, comparte su conmovedora historia de cómo su hijo Arturo, nacido con Síndrome de Down, se ha convertido en una fuente de inspiración y amor para toda su familia. A través de su relato, Aurora nos invita a reflexionar sobre la riqueza de la diversidad y la importancia de aceptar y abrazar a aquellos que se salen de lo "normal".

Descubriendo la Bendición Oculta en la Diferencia

Enfrentando el Diagnóstico con Fortaleza y Fe

Durante un control ecográfico, los médicos detectaron problemas en el corazón de Arturo, lo que llevó a un diagnóstico de Síndrome de Down. Aurora, quien ya había perdido a su hijo Yago, se enfrentó a una situación de extrema preocupación. Sin embargo, su reacción inicial de "peligro" ante la insistencia de los médicos en realizar una amniocentesis y un aborto, pronto se transformó en una determinación inquebrantable de aceptar y amar a su hijo tal como era.

La Acogida Alegre y Feliz de la Familia

En una familia numerosa como la de Aurora, la llegada de un nuevo miembro siempre se vive como una celebración. Y así fue con Arturo, quien fue recibido con gran alegría y cariño por sus hermanos. Sin embargo, no todas las personas reaccionaron de la misma manera. Aurora relata cómo en su pueblo, algunas personas mostraron rechazo y compasión hacia su hijo, incapaces de ver la riqueza que la diferencia puede aportar.

Educando con Amor y Dedicación

Decidida a brindar a Arturo la mejor atención posible, Aurora optó por ocuparse personalmente de su educación, implementando un programa de estimulación en el hogar. Con la ayuda de su familia, Aurora logró crear un entorno de aprendizaje y desarrollo que permitió a Arturo explotar al máximo su potencial. Gracias a la guía de Nacho Calderón, Aurora pudo diseñar un plan educativo a medida que se adaptaba a las necesidades y fortalezas de su hijo.

La Pureza y la Inocencia como Reflejo del Amor Divino

Aurora describe a Arturo como un ser puro e inocente, libre de maldad y prejuicios, y cree que estos niños son "hijos predilectos de Dios" que vienen a este mundo para elevarnos de nuestras miserias. Ella considera que la donación de sí mismos y el amor incondicional que estos niños ofrecen son un reflejo del amor de Dios, y que su presencia en nuestras vidas es una bendición.

Luchando por la Inclusión y la Aceptación

Aurora ha enfrentado desafíos en el sistema educativo, donde a menudo se bajan las expectativas y se da por cancelado el desarrollo de los niños con discapacidades. Ella elaboró un proyecto piloto de inclusión educativa que, lamentablemente, no tuvo continuidad debido a los altos costos. Aurora lamenta que la educación se vea como un gasto y no como una inversión a futuro, y se esfuerza por cambiar esta mentalidad.

Mirando al Futuro con Esperanza y Confianza

Aurora reconoce que el futuro es una incógnita y una trampa del maligno, especialmente para los padres de niños con discapacidades. Sin embargo, se niega a dejarse dominar por la preocupación y la ansiedad, y se enfoca en el presente, confiando en que Dios conoce lo venidero. Aurora aboga por la creación de residencias mixtas que atiendan las necesidades tanto de los padres ancianos como de los hijos con discapacidades, evitando así la separación y la crueldad que a menudo sufren estas familias.