
El conjunto de Valencia Basket enfrenta un panorama desafiante tras una serie de contratiempos. Aún recuperándose de la derrota en semifinales de la Euroliga ante Mersin, el equipo ha sufrido otra baja significativa con la lesión de Leti Romero. La jugadora se fracturó un dedo de la mano derecha durante el encuentro decisivo, lo que afectó su rendimiento en las últimas jugadas del partido. Este revés agrega presión al entrenador Rubén Burgos, quien ya lidiaba con limitaciones en su rotación debido a varias bajas clave.
La situación se torna más delicada considerando los compromisos inminentes del equipo. Leti Romero no podrá participar en el juego por el tercer y cuarto puesto contra Fenerbahçe ni en el último partido de la liga regular frente a Celta Zorka. Además, su participación en la serie de cuartos de final de la Liga Femenina Endesa parece improbable. Este contexto refleja un problema mayor dentro del equipo: la escasez de bases disponibles. Actualmente, solo Yvonne Turner y Alicia Flórez cubren esta posición crítica.
Además de Leti Romero, otras jugadoras como Queralt Casas y Kristine Vitola tampoco estarán disponibles para el resto de la temporada. La defensa Mavunga también requiere descanso debido a problemas en el tendón de Aquiles, mientras que Iagupova enfrenta dificultades personales que han impactado su asistencia a los entrenamientos. Estas ausencias acumulativas están generando tensiones notorias tanto en el desempeño como en la preparación táctica del equipo.
Rubén Burgos deberá reevaluar sus estrategias para mantener competitividad pese a estas circunstancias adversas. El entrenador confía en potenciar el talento joven y consolidar nuevas dinámicas entre las jugadoras disponibles. Sin embargo, la falta de profundidad en la plantilla podría dificultar aún más este objetivo.
En medio de estos desafíos, el futuro cercano del Valencia Basket se presenta incierto. Las próximas semanas serán cruciales para determinar cómo el equipo puede ajustarse a estas restricciones sin perder su esencia competitiva. La adaptabilidad y resiliencia serán claves para continuar avanzando hacia objetivos ambiciosos, incluso en condiciones menos favorables.
