La serie argentina "El Eternauta", disponible en Netflix y protagonizada por Ricardo Darín, ha causado sensación en su primera semana de lanzamiento. Más allá de su trama apocalíptica ambientada en un Buenos Aires post Guerra de Malvinas, llama la atención su cuidada estética retro que incluye icónicos vehículos clásicos argentinos. Estos autos, representativos de la década del '80, forman parte esencial del paisaje urbano mostrado en barrios como Belgrano, Palermo y Zona Norte. A través de modelos emblemáticos como el Ford Taunus, el Renault 12 Break, la IKA Estanciera, el Méhari, el Torino y la Ford F-100, la producción no solo narra una historia futurista, sino que también evoca nostalgia por una época marcada por estos testimonios rodantes.
A lo largo de la serie, se destacan varios modelos que dejaron huella en la industria automotriz nacional. Entre ellos figura el Ford Taunus, fabricado entre 1974 y 1984, cuya popularidad se debió a su diseño elegante y mecánica confiable. Este vehículo, ofrecido en versiones sedán y coupé, contaba con motores nafteros de cuatro cilindros que oscilaban entre 2.0 y 2.3 litros, proporcionando una combinación ideal de potencia y confort. En la actualidad, un modelo de 1982 puede alcanzar precios cercanos a los 6.000-7.000 dólares en el mercado de coleccionistas.
Otro ejemplo notable es el Renault 12 Break, una versión familiar ampliamente utilizada por la clase media argentina. Su amplitud interior, durabilidad y bajo consumo lo convirtieron en una elección preferida para familias y trabajadores. Equipado con un motor naftero de 1.4 litros, este modelo destacó por su capacidad de carga superior a los 500 litros. Hoy en día, unidades bien conservadas de principios de los '80 pueden cotizarse alrededor de los 4.000 dólares.
Por su parte, la IKA Estanciera se erigió como un emblema del campo argentino durante su producción entre 1957 y 1970. Basada en el diseño estadounidense de la Willys Station Wagon, esta camioneta fue adaptada para satisfacer las necesidades locales. Equipada inicialmente con un motor de cuatro cilindros y 2.2 litros, más tarde incorporó el potente motor Tornado de seis cilindros y 3.8 litros, mejorando significativamente sus prestaciones. Actualmente, una unidad de 1960 puede valer aproximadamente 5.000 dólares dependiendo de su estado.
No menos importante es el Citroën Méhari, un vehículo único debido a su carrocería plástica ABS. Fabricado entre 1971 y 1980, este modelo descapotable estaba impulsado por un motor bicilíndrico refrigerado por aire, que entregaba unos 32 CV. Su ligereza y resistencia a la corrosión lo hacían adecuado para zonas costeras y rurales. Un Méhari de 1975 puede encontrarse en el mercado de coleccionistas entre 4.000 y 5.000 dólares.
Finalmente, el Torino, fabricado por IKA y luego por Renault entre 1966 y 1981, es considerado por muchos como el auto argentino por excelencia. Diseñado por Pininfarina, este modelo se ofrecía en varias versiones, siendo la coupé ZX especialmente apreciada por su combinación de elegancia y rendimiento deportivo. Equipado con el motor Tornado de seis cilindros, alcanzaba potencias que variaban entre 120 y 215 CV. En el mercado actual, una Coupé Torino de 1976 puede valuarse entre 12.000 y 14.000 dólares.
En resumen, la exposición internacional que recibe "El Eternauta" pone en relieve no solo la calidad narrativa de la serie, sino también el valor cultural e histórico de estos vehículos. Más que simples objetos de colección, estos autos son testigos vivos de una época que sigue cautivando tanto a espectadores como a entusiastas del automovilismo. Aunque pocas unidades quedan disponibles hoy en día, plataformas como Mercado Libre permiten encontrar estas reliquias del pasado, perpetuando su legado como parte integral del patrimonio argentino.