El fenómeno de la violencia ejercida por jóvenes contra sus padres ha experimentado un crecimiento notable en Castilla y León durante el año 2023. Los datos recogidos muestran un incremento del 29% en las denuncias, alcanzando un total de 142 casos, frente a los 110 registrados en 2022. Este problema social no es exclusivo de esta región, ya que a nivel nacional se documentaron más de 4.400 procedimientos relacionados con este tipo de conflictos familiares.
En algunas provincias de Castilla y León, el aumento fue particularmente pronunciado. En León, los informes indican que los casos se quintuplicaron, mientras que en Burgos se cuadruplicaron. Estas cifras reflejan una tendencia preocupante que requiere atención inmediata. A pesar de este repunte, es importante destacar que solo entre el 10% y el 15% de los casos más graves llegan a ser denunciados, lo que sugiere que la magnitud real del problema podría ser mucho mayor de lo que se refleja en las estadísticas oficiales.
La Fundación Amigó, dedicada a la protección de la infancia y adolescencia, subraya la importancia de abordar este desafío desde múltiples frentes. Es fundamental involucrar a todos los miembros de la familia en la búsqueda de soluciones, promoviendo un entorno donde se fomente la comunicación y el entendimiento mutuo. Además, es crucial sensibilizar a la sociedad sobre la gravedad de este problema y trabajar conjuntamente para prevenir y atender los conflictos familiares antes de que escalen hasta niveles críticos. Solo mediante un esfuerzo colectivo podremos construir familias más fuertes y seguras.