Un grupo de futbolistas del Flamengo vivió momentos de tensión tras un intento de asalto en Río de Janeiro. Este incidente ocurrió cuando regresaban de Argentina, donde habían enfrentado al Central Córdoba en el marco de la Copa Libertadores. A pesar del peligro, todos los jugadores lograron llegar a sus domicilios sin sufrir heridas físicas. En particular, el vehículo blindado que transportaba al guardameta argentino Agustín Rossi fue blanco de varios disparos durante el atentado.

El episodio tuvo lugar en horas de la mañana en una de las principales vías de la ciudad, conocida como Linha Amarela, cerca del barrio Bonsucesso. Los deportistas se encontraban retornando a sus hogares después de haber llegado a la ciudad carioca aproximadamente a las 5:30 am. Según informes, un grupo armado trató de detener los vehículos mediante balazos. Aunque la situación fue alarmante, la seguridad proporcionada por los vehículos blindados evitó consecuencias más graves.

Agustín Rossi, quien recientemente llegó al Flamengo y ya ha dejado su huella en el equipo con notables actuaciones, celebró su partido número 100 con la camiseta rojinegra en esta competencia. Su trayectoria incluye experiencias internacionales significativas, como su paso por el Al Nassr. Este evento no solo subraya la importancia de la seguridad en el deporte profesional, sino también la fortaleza mental que los atletas deben poseer para lidiar con situaciones adversas fuera del campo.

Este acontecimiento pone de manifiesto la necesidad de mejorar las medidas de protección para figuras públicas, especialmente en entornos urbanos complejos. Además, refleja la resiliencia de los deportistas, quienes deben continuar desempeñándose bajo presión tanto dentro como fuera del terreno de juego. La comunidad deportiva internacional ha mostrado su apoyo hacia los jugadores afectados, destacando la unidad como respuesta ante actos de violencia.