Una perspectiva sombría se dibuja en el horizonte financiero global. La entidad europea Scope Ratings ha emitido una advertencia clara: Estados Unidos podría enfrentar una reducción en su calificación crediticia si ciertos escenarios económicos desfavorables se consolidan. Entre estos riesgos, destacan las tensiones comerciales prolongadas y medidas extremas como controles de capital impulsados por el gobierno estadounidense. Estos factores podrían erosionar la confianza internacional en el dólar, afectando su posición predominante en el mercado mundial.

Los efectos colaterales de las políticas proteccionistas ya son visibles. En lo que va del año, la moneda estadounidense ha experimentado uno de los mayores descensos frente a otras divisas clave en más de medio siglo. Asimismo, los mercados financieros están valorando un aumento significativo en el riesgo soberano de EE.UU., con algunos instrumentos financieros sugiriendo incluso múltiples rebajas potenciales. Según expertos de Scope, estas dinámicas no solo amenazan al país norteamericano, sino también a la estabilidad económica global.

En este contexto, la agencia alemana subraya que alternativas viables al dólar podrían surgir si persisten las incertidumbres sobre su papel como reserva internacional. El jefe de calificaciones soberanas de Scope, Alvise Lennkh-Yunus, destacó que cualquier duda sobre la excepcionalidad del dólar tendría graves implicaciones para la solvencia crediticia de EE.UU. Este análisis marca un hito, siendo la primera advertencia tan directa desde que comenzaron los cambios en el orden económico global impuestos por Trump. Actualmente, la calificación de EE.UU. bajo Scope es AA con una perspectiva negativa, reflejando preocupaciones crecientes.

La transparencia en la evaluación económica es fundamental para preservar la confianza global. Las advertencias lanzadas por entidades reconocidas como Scope deben servir como un llamado a la reflexión y acción responsable por parte de todos los actores involucrados en la economía mundial. Mantener una postura equilibrada y colaborativa en las relaciones internacionales puede ser clave para evitar consecuencias negativas que impacten tanto a países desarrollados como en desarrollo.