Las cuatro reglas de padres noruegos que deberíamos enseñar a nuestros hijos para que sean más resilientes, felices e independientes

Jul 17, 2024 at 12:42 PM
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Cómo Criar Niños Independientes y Resilientes: Lecciones de Noruega

Noruega es conocida por su enfoque único en la crianza de niños, donde la independencia, la confianza y el aprendizaje a través del fracaso son pilares fundamentales. Aunque nuestras culturas difieran, hay mucho que podemos aprender de las prácticas noruegas para criar a nuestros hijos de una manera que les permita desarrollar habilidades valiosas para la vida.

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La Naturaleza como Parte Integral de la Vida Diaria

En Noruega, la conexión con la naturaleza es un elemento esencial de la vida cotidiana. Los padres se aseguran de que sus hijos pasen una cantidad significativa de tiempo al aire libre, ya sea jugando en el jardín, explorando los bosques o disfrutando de actividades al aire libre. Esta filosofía de vida, conocida como "friluftsliv", se basa en la creencia de que el contacto con la naturaleza contribuye a un estilo de vida más saludable y feliz.Incluso en los días lluviosos o fríos, los niños noruegos salen a jugar, ya que sus padres se adhieren al dicho "No existe el mal tiempo, solo la ropa inadecuada". Esta mentalidad fomenta la resiliencia y la adaptabilidad en los niños, quienes aprenden a disfrutar de la naturaleza en todas las condiciones climáticas.Además, muchos jardines de infancia en Noruega se encuentran al aire libre, lo que permite a los niños pasar gran parte del día explorando y aprendiendo en un entorno natural. Esta exposición temprana a la naturaleza sienta las bases para que los niños desarrollen un profundo aprecio y conexión con el mundo que les rodea.

La Confianza como Pilar de la Independencia

La independencia de los niños en Noruega se basa en la confianza que los padres depositan en ellos. En lugar de supervisar cada uno de sus movimientos, los padres noruegos les dan la libertad de tomar sus propias decisiones y aprender de sus errores.Esta filosofía se refleja en la forma en que los niños se desplazan por sí mismos, incluso a una edad tan temprana como los seis años. En lugar de ser llevados y recogidos por sus padres, los niños noruegos aprenden a ir y venir del colegio de forma autónoma, desarrollando así habilidades de autogestión y responsabilidad.Además, los padres noruegos fomentan la comunicación abierta con sus hijos, alentándoles a compartir lo que están haciendo, pero sin necesidad de pedir permiso constantemente. Esta confianza mutua permite que los niños se sientan empoderados para tomar decisiones y asumir las consecuencias de sus actos.

El Fracaso como Herramienta de Aprendizaje

En la crianza noruega, el fracaso se considera una parte natural del proceso de aprendizaje. En lugar de proteger a los niños de todo riesgo, los padres les permiten experimentar y cometer errores, sabiendo que esto les ayudará a desarrollar habilidades de resolución de problemas y resiliencia.Por ejemplo, un padre noruego podría dejar que su hijo se suba a un árbol, a pesar del riesgo de que se caiga y se lastime. Aunque existe esa posibilidad, el padre confía en que, si su hijo se cae, aprenderá valiosas lecciones que le convertirán en un mejor escalador en el futuro.Al permitir que los niños se equivoquen y aprendan de sus errores, se les enseña que el fracaso no es algo negativo, sino una oportunidad para crecer y mejorar. Esta mentalidad les ayuda a desarrollar una mayor confianza en sí mismos y a enfrentar los desafíos de la vida con una actitud más positiva.

La Ley de Jante: Equilibrando el Individualismo y el Bien Común

La Ley de Jante, también conocida como Janteloven, es un código moral no oficial que impregna la cultura noruega. Esta filosofía se basa en diez reglas que enfatizan la importancia del colectivo sobre el individuo, fomentando el civismo y el respeto por las normas establecidas.Aunque puede parecer restrictiva a primera vista, la Ley de Jante tiene como objetivo crear una sociedad más armoniosa y cohesionada. Al inculcar en los niños la idea de que las reglas están para cumplirse y que sus acciones afectan al bienestar de la comunidad, se les enseña a ser ciudadanos responsables y a considerar el impacto de sus decisiones en los demás.Esta filosofía, arraigada en la cultura noruega, se refleja en la forma en que los medios de comunicación y la sociedad en general tienden a enfatizar los logros y fortalezas de la región, en lugar de exaltar a los individuos. Esta mentalidad ayuda a crear una sociedad más equilibrada y solidaria.Al adoptar algunos de estos principios, como la importancia de cumplir con las normas y considerar el bien común, podemos fomentar en nuestros hijos un sentido de responsabilidad y civismo que les servirá de por vida.