Tras un período prolongado sin triunfos lejos de casa, el Real Madrid logró imponerse con solidez ante Virtus Bologna en un encuentro clave para sus aspiraciones europeas. Con una destacada actuación defensiva y un ataque fluido durante gran parte del partido, el equipo blanco cerró el enfrentamiento con un marcador de 67-80. Este resultado no solo corta una racha negativa, sino que también revitaliza las esperanzas del conjunto español en su lucha por clasificarse en la competición.
El partido comenzó con una clara intención del Madrid de marcar territorio desde el inicio. Los dirigidos por Pablo Laso mostraron una concentración notable, combinando una circulación eficiente del balón con lanzamientos bien ejecutados. Enfrente, Virtus intentó mantenerse en el juego gracias a las contribuciones de Rayjon Tucker y Cordinier, quienes lograron crear algunas ventajas momentáneas al acercarse al aro rival. Sin embargo, la superioridad madridista pronto se hizo evidente, especialmente en la pintura, donde Edy Tavares ejerció su dominio tanto ofensiva como defensivamente.
La rotación del Madrid resultó ser otro punto fuerte. Jugadores como Bruno Fernando y Serge Ibaka aportaron vitalidad cuando ingresaron al juego, mientras que Andrés Feliz demostró habilidades sorprendentes recuperando rechaces frente a oponentes más altos. La colaboración entre estos jugadores permitió que el equipo mantuviera una renta significativa durante gran parte del encuentro, alcanzando hasta los 22 puntos de diferencia en ciertos momentos.
Aunque el tercer cuarto presentó algunos desafíos debido a la permisividad defensiva hacia Matt Morgan, quien aprovechó varias oportunidades cómodas, el Madrid ajustó rápidamente su estrategia. El regreso de Tavares en el último tramo del partido consolidó nuevamente la ventaja, asegurando que ninguna reacción local pudiera alterar el rumbo del encuentro. Dusko Ivanovic intentó variar su esquema táctico con interiores más bajos, pero esta decisión no generó los efectos deseados.
Finalmente, el Madrid celebró una victoria merecida que pone fin a dos meses sin éxito en partidos fuera de casa en la Euroliga. Este resultado refuerza las posibilidades del equipo en su objetivo de remontar en la tabla clasificatoria. A pesar de ciertas áreas que aún requieren mejora, especialmente en el tiro exterior, el nivel mostrado en este enfrentamiento demuestra que el Madrid está recuperando el camino correcto bajo la dirección estratégica de su entrenador.
