En un emocionante desenlace, el tenista francés Alexandre Muller logró lo que pocos pueden presumir: ganar su primer título ATP. Este hito se produjo en Hong Kong, donde derrotó al experimentado japonés Kei Nishikori en una final intensa y repleta de revancha. El triunfo no solo marca el debut de Muller en el palmarés ATP sino también destaca por la perseverancia mostrada durante todo el torneo, remontando en cada uno de sus partidos.
En una tarde memorable en Hong Kong, el público asistente fue testigo del nacimiento de un nuevo campeón. Alexandre Muller, de 27 años, originario de Francia, enfrentó a Kei Nishikori, un jugador con vasta experiencia y ex-finalista del US Open. El partido comenzó con Nishikori tomando ventaja, pero Muller demostró una resistencia inquebrantable, recuperándose para ganar con marcador final de 2-6, 6-1 y 6-3. Este éxito coronó una semana perfecta para el francés, quien había superado adversidades en rondas previas, incluyendo salvar puntos de partido contra Miomir Kecmanovic en octavos de final.
Muller se convirtió en el tercer jugador en la Era Abierta (desde 1968) en ganar un título después de remontar una manga en todos los partidos, siguiendo los pasos de Arthur Ashe y Alexander Bublik. La victoria no solo le otorgó el primer título ATP, sino que también elevó su ranking al puesto 56, mientras que Nishikori ascendió al 72º lugar, celebrando su regreso tras largos periodos de inactividad debido a lesiones.
Al finalizar el encuentro, Muller expresó su gratitud y admiración por Nishikori, destacando su felicidad por verlo de vuelta en competición sin lesiones. Este momento marcó el inicio prometedor de una nueva era para el joven tenista francés, quien ya sueña con volver a Hong Kong en busca de más éxitos.
Desde una perspectiva de espectador, este evento nos recuerda que el tenis es un deporte lleno de sorpresas y revanchas. La determinación y la capacidad de recuperación son fundamentales para alcanzar la cima. La historia de Alexandre Muller es un testimonio viviente de que, con esfuerzo y dedicación, incluso los sueños más grandes pueden hacerse realidad.