Una figura histórica ha llegado a la residencia oficial. Usha Chilukuri Vance, esposa del vicepresidente JD Vance, se convierte en la primera segunda dama estadounidense de ascendencia india y fe hindú. Proveniente de un hogar con fuertes raíces académicas y espirituales, Usha ha forjado su propio camino. Criada en el área de San Diego por padres inmigrantes, su madre destacada en el ámbito educativo y su padre en el mundo de la ingeniería, Usha heredó el amor por el conocimiento y la devoción religiosa.
Educación e influencia han sido pilares fundamentales en la vida de esta destacada mujer. Graduada en Yale y poseedora de un máster en Filosofía otorgado por Cambridge gracias a una prestigiosa beca, Usha también encontró el amor en las aulas. Conoció a JD Vance durante sus estudios de derecho en Yale. Tras contraer matrimonio en 2013, desarrolló una exitosa carrera como abogada litigante hasta que decidió dar un paso al costado tras la elección de su esposo como compañero de fórmula de Trump. Actualmente, la pareja reside en Cincinnati junto a sus tres hijos.
En un país donde las políticas migratorias son tema de debate constante, la ciudadanía de Usha Vance nunca estuvo en tela de juicio. A pesar de las preocupaciones generadas por una reciente orden ejecutiva firmada por el presidente Trump, que planteaba cambios en la ciudadanía por nacimiento, Usha mantiene intacta su condición de ciudadana estadounidense. La medida no afecta a quienes ya poseen este estatus, brindando tranquilidad a la familia Vance.
La presencia de Usha Vance en la Casa Blanca representa un hito significativo para la diversidad cultural y religiosa en Estados Unidos. Su historia es un testimonio viviente de las posibilidades que ofrece este país a aquellos que buscan construir un futuro mejor, resaltando los valores de inclusión y oportunidad que definen a la nación.