El mundo del baloncesto nacional ha sido testigo de un cambio significativo con la llegada de Natxo Lezcano al Movistar Estudiantes. Tras la inesperada salida de Pedro Rivero, quien dejó su cargo a pesar de los sólidos resultados del equipo, las esperanzas se centran ahora en este experimentado entrenador. Con una trayectoria destacada que incluye llevar a dos equipos hacia categorías superiores, Lezcano asume el desafío de devolver al club colegial a lo más alto del baloncesto español tras tres años fuera de él. Su primer enfrentamiento importante fue contra el Obradoiro, un rival directo en la lucha por regresar a la ACB, pero el partido no resultó como se esperaba.
La derrota frente al Obradoiro puso en evidencia tanto las fortalezas como las debilidades del equipo dirigido por Lezcano. Aunque el encuentro comenzó complicado para los colegiales, quienes perdían por una considerable ventaja al descanso, mostraron mejoría en la segunda mitad. Sin embargo, un colapso estratégico en los minutos finales permitió que el Obradoiro dominara completamente el marcador. Este revés amplió la brecha entre el líder Silbo San Pablo Burgos y el Estudiantes, aumentando la presión sobre el nuevo entrenador para revertir la situación antes de la última jornada clave entre ambos equipos.
El impacto del partido trascendió lo deportivo cuando unas palabras polémicas pronunciadas por Lezcano durante un tiempo muerto generaron reacciones negativas en redes sociales. En un intento por motivar a sus jugadores, utilizó una expresión considerada ofensiva hacia el colectivo LGBTQ+. Ante la repercusión pública, Lezcano emitió un mensaje oficial reconociendo su error y ofreciendo disculpas sinceras. Este incidente subraya la importancia de promover valores inclusivos y respetuosos en todos los niveles del deporte, recordándonos que las acciones y palabras de figuras públicas pueden tener un gran impacto en la sociedad. Es fundamental avanzar hacia un entorno deportivo donde la diversidad sea celebrada y respetada.
