Las fiestas navideñas generan un impacto emocional muy fuerte. El mensaje navideño siempre está impregnado de buenos deseos y alegría, pero no todos nos sienten a gusto en estas celebraciones. Algunas personas sufren ansiedad, rechazo y aversión al encuentro con la familia.
Por ejemplo, hay personas que viven lejos de su familia y sienten estrés al pensar en volver por Navidad. Para ellas, estar alejada no siempre significa estar lejos físicamente, sino emocionalmente.
La psicóloga de Siquia nos describe los síntomas del síndrome de vuelta a casa por Navidad. Hay personas que lidiaron con altos niveles de ansiedad, sentimientos de rechazo y miedo a afrontar situaciones.
En otros casos, volver por Navidad implica reafirmar lazos familiares. Sin embargo, no todo el mundo experimenta estos sentimientos negativos. Algunas personas se sienten unidas a su familia en estas fechas.
La tristeza se siente por el hecho de sentir cosas que no queremos sentir. La presión social y la expectativa de felicidad navideña pueden generar más estrés y ansiedad.
Por ejemplo, algunas personas se sienten desilusionadas al comparar la realidad de las fiestas navideñas con lo que se ve en los anuncios de televisión. Esto puede llevar a sentimientos de soledad y desarraigo.
No estamos obligados a nada en estas fechas. Debemos crear nuevas costumbres y tradiciones que nos hagan sentir a gusto. Podemos elegir eventos, personas y situaciones que nos den placer.
Además, no debemos forzarnos o reducir el tiempo de contacto si no estamos seguros de que nos sienta bien. Si decidimos estar lejos de lo que nos hace daño, no somos malas personas.
Antes que nada, debemos respetar la decisión de la persona. No la manipulamos ni la obligamos a tomar decisiones que no quiera tomar.
Podemos ayudar creando nuevas tradiciones y cambiando las rutinas. La aceptación y la comprensión son clave para ayudar a alguien que sufre este síndrome.