Zarajos, aceite de oliva y sal. Estos ingredientes simples son la base para una receta rica y sabrosa.
Primero, separamos los zarajos en 3 trozos. Esto es una práctica común en ferias, aunque a casa me gusta hacerlo así para una cocción más rápida. Luego, calentamos una sartén y añadimos una buena cantidad de aceite de oliva. Colocamos los trozos de zarajos y los freímos durante 5 minutos por cada lado. Es muy importante taparlos durante la cocción para evitar que el aceite salte y nos quememos. Una vez fritos, pasamos los zarajos a papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Finalmente, añadimos un poco de sal y podemos disfrutar de esta deliciosa receta de zarajos de Cuenca. También me gusta poner un poco de limón encima, que da un toque especial a la mezcla.
Personalmente, pienso que los zarajos se acompañan mejor con algo ligero, como una buena ensalada mixta o verduras salteadas de segundo. Esto ayuda a reducir el exceso de grasa y aceite que contiene la receta. También hay otras recetas manchegas como las gachas manchegas o el atascaburras que se pueden combinar perfectamente con los zarajos. En la cocina manchega, la combinación de sabores es clave para crear platos deliciosos.
Los zarajos son un plato casero rico y fácil de hacer. Son baratos y se pueden disfrutar en cualquier momento. Ya sea como aperitivo o como plato principal, los zarajos son una opción excelente para satisfacer el apetito. Intenta hacerlos en casa y descubre por ti mismo la sabrosidad de esta receta casquera.