En una noche que prometía emociones intensas, el boxeador mexicano Saúl "Canelo" Álvarez y el cubano William Scull protagonizaron un combate histórico por razones inesperadas. Durante la madrugada del sábado en Riad, Arabia Saudí, ambos deportistas establecieron un récord negativo al lanzar solo 445 golpes combinados durante los doce asaltos del enfrentamiento. Este hecho, registrado por Compubox, marca el menor número de puñetazos lanzados en un combate profesional de 12 rounds desde hace cuatro décadas. Aunque Álvarez logró mantener el título indiscutido de peso supermedio, el encuentro dejó mucho que desear debido a la falta de acción y estrategia.
El escenario elegido para este evento fue el icónico estadio de Riad, donde se reunieron miles de fanáticos ansiosos por presenciar un espectáculo de alto calibre. Sin embargo, las expectativas fueron rápidamente reemplazadas por decepción. Desde el primer asalto, quedó claro que el estilo defensivo de Scull dominaría el combate. El cubano optó por esquivar y retroceder constantemente frente a los intentos ofensivos de Canelo. Este enfoque táctico no solo frustró al público presente, sino también al propio campeón mexicano, quien expresó su insatisfacción tras la victoria.
Álvarez reconoció públicamente que luchar contra oponentes con esta mentalidad no es gratificante. “Es aburrido pelear contra alguien que simplemente viene a sobrevivir”, declaró después del combate. En efecto, Scull nunca llegó a lanzar más de diez golpes en ningún asalto, mientras que Canelo apenas alcanzó esa cifra en el último round. Las estadísticas hablan por sí solas: una media de cinco golpes conectados por asalto refleja la pobre calidad técnica exhibida en el ring.
Por otro lado, Scull justificó su enfoque estratégico argumentando que ganó sin recibir muchos golpes. Según él, esto demuestra habilidad dentro del cuadrilátero. No obstante, los jueces valoraron negativamente su actitud evasiva y favorecieron ampliamente a Canelo en sus decisiones finales. Las tarjetas mostraron puntuaciones de 115-113, 116-112 y 119-109, todas otorgándole el triunfo al mexicano. Incluso la tarjeta más equilibrada, proporcionada por el juez español Pablo González, aún inclinaba la balanza hacia Álvarez.
Este combate dejó una huella duradera en la comunidad del boxeo, aunque no necesariamente positiva. Si bien Canelo retuvo su título indiscutido por segunda vez consecutiva, lo hizo bajo circunstancias controvertidas que generaron múltiples críticas. Los fanáticos ahora esperan que futuros enfrentamientos muestren mayor emoción y compromiso con el deporte, algo que claramente faltó en esta ocasión. Para muchos, este episodio sirve como recordatorio de la importancia de la actuación dentro del ring más allá de simples resultados técnicos.