En una entrevista reciente, la reconocida actriz colombiana Erika Glasser ha abierto su corazón sobre un oscuro capítulo de su infancia. Conocida por su participación en producciones televisivas icónicas como "Padres e Hijos", Glasser ahora se enfrenta a un tema delicado que ha marcado su vida personal y profesional. A través de esta revelación, la actriz no solo busca sanar sus propias heridas, sino también inspirar a otros que han pasado por experiencias similares.
En medio de un otoño dorado lleno de nostalgia, donde los recuerdos del pasado parecen resurgir con mayor intensidad, Erika Glasser decidió romper el silencio durante una entrevista con el programa La Red de Caracol Televisión. Este momento crucial ocurrió mientras promocionaba su más reciente proyecto cinematográfico, "En lo Profundo", cuya trama aborda temas relacionados con el abuso infantil. Durante la conversación, Glasser compartió cómo un profesor en su infancia cruzó límites inaceptables, dejando una cicatriz emocional que duró décadas.
La actriz explicó cómo este trauma afectó profundamente sus relaciones personales en la edad adulta. En particular, desarrolló un patrón de elegir compañeros menores que ella misma, buscando inconscientemente protegerse de posibles situaciones de vulnerabilidad. Fue después de su separación en 2023 cuando comenzó a comprender las raíces de estas dinámicas destructivas. Con valentía, Glasser reconoció que su miedo a ser nuevamente abusada la llevó a evitar cualquier relación con hombres mayores.
Este testimonio sincero ha generado una oleada de apoyo en redes sociales, destacando la importancia de romper el silencio frente al abuso infantil.
Desde la perspectiva de un periodista, la confesión de Erika Glasser subraya la necesidad urgente de crear espacios seguros para quienes han sufrido abuso. Su historia demuestra que el camino hacia la sanación es posible, aunque largo y complejo. Al compartir su verdad, Glasser no solo está sanando sus propias heridas, sino también animando a otros a buscar ayuda y justicia. Esta valiente declaración nos recuerda que incluso las figuras públicas pueden luchar contra demonios internos, y que su vulnerabilidad puede convertirse en fuerza para transformar vidas.