Tras unas vacaciones llenas de aventuras, la familia de Nuria Roca volvió a su vida cotidiana en Madrid. La celebración navideña los llevó primero a Valencia y luego a Egipto, un destino elegido por Nuria debido a su fascinación histórica. A pesar de las diferencias en preferencias de viaje entre ella y su esposo Juan del Val, lograron disfrutar juntos de una experiencia única. La tradición de comer uvas al son de campanadas en una sartén mantuvo viva la esencia de las fiestas, incluso a miles de kilómetros de casa.
Una vez de vuelta en Madrid, la familia decidió marcar el inicio del nuevo año con uno de sus platos favoritos: el arroz al horno valenciano. Este manjar no solo representa un vínculo emocional con sus raíces, sino que también adquiere un significado especial este año, dado el impacto de la DANA en la Comunidad Valenciana. El preparar y compartir este plato se convierte en un acto de solidaridad y recuerdo hacia aquellos que han sido afectados. Los ingredientes y la elaboración detallada de este plato reflejan la dedicación y el cariño que pone Nuria en cada bocado.
La magia de reunirse en torno a una mesa llena de aromas y sabores familiares es inigualable. Este año, más que nunca, el arroz al horno tiene un sabor especial, no solo por su exquisitez culinaria, sino por lo que simboliza: unidad, resiliencia y gratitud. En tiempos difíciles, la comida puede ser un poderoso recordatorio de lo que realmente importa. Preparar y compartir estos platos nos ayuda a fortalecer nuestros lazos y a encontrar consuelo en momentos de adversidad. Nuria y su familia han encontrado en esta tradición una manera de honrar sus orígenes y apoyar a quienes más lo necesitan.