Tras un extenso debate, la Comisión de Régimen Interno de Cepyme ha decidido cerrar definitivamente las acusaciones relacionadas con supuestas infracciones éticas dentro de la organización. En el contexto de un proceso electoral clave, esta determinación busca preservar la estabilidad y transparencia institucional. Durante semanas, se especuló sobre alegatos de favoritismo y violaciones del código ético, especialmente vinculados a ciertos líderes empresariales. Sin embargo, tras un análisis exhaustivo, los miembros concluyeron que no existen elementos suficientes para justificar sanciones formales.

El origen de este conflicto remonta al mes pasado, cuando diversas cartas llegaron al presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, y su equipo, exigiendo intervención ante informaciones que sugerían prácticas cuestionables. El caso culminó con una reunión crucial el 8 de abril, donde nueve comisionados debatieron ampliamente cada detalle presentado. Durante dicha sesión, incluso se evaluaron solicitudes de defensa por parte de Ángela de Miguel, quien enfrentaba algunas de estas acusaciones. Asimismo, José Manuel de Riva, un vocal prominente, también fue señalado en este entramado, aunque eventualmente rectificó sus declaraciones previas contra otros socios.

Con esta decisión, Cepyme refuerza su compromiso con la armonía interna y la resolución pacífica de controversias. Al optar por cesar en la difusión pública de estos temas y centrarse en mecanismos internos de control, la organización envía un mensaje claro sobre la importancia de proteger su reputación y cohesionar esfuerzos hacia objetivos comunes. Este enfoque ejemplifica cómo resolver diferencias mediante diálogo y análisis objetivo puede fortalecer la unidad empresarial, promoviendo así un futuro más sólido y colaborativo para todos sus miembros.