En Argentina, las normativas de tránsito establecen reglas claras sobre cómo deben conducirse los vehículos para garantizar la seguridad vial. Una de las infracciones menos conocidas está relacionada con el uso indebido de calcomanías en automóviles, especialmente cuando obstruyen áreas críticas como lunetas traseras o parabrisas. Además, se han implementado nuevas regulaciones respecto a la licencia de conducir, permitiendo ahora su versión digital como válida.
En un país donde la personalización de vehículos es común, surge una creciente preocupación por las modificaciones que podrían comprometer la seguridad vial. En particular, las autoridades han emitido advertencias sobre el uso de calcomanías en zonas clave del vehículo, como ventanas laterales o lunetas traseras, debido a su potencial para limitar la visibilidad del conductor. Este problema fue evidenciado recientemente en redes sociales, donde un usuario compartió imágenes de una camioneta decorada con frases largas en su parte trasera. Aunque humorística, esta situación resalta la importancia de cumplir con las leyes vigentes.
El artículo 84 del Régimen de Contravenciones y Sanciones por Faltas Cometidas a la Ley N.º 24.449 especifica que cualquier elemento que perturbe la visibilidad, afecte condiciones aerodinámicas o tape luces será sancionado con multas desde 150 hasta 500 Unidades Fijas (U.F.), además de restar cinco puntos de la Licencia Nacional de Conducir. Por otro lado, en el ámbito de identificación legal, desde 2025 los conductores pueden optar por mostrar su licencia de conducir digital mediante la aplicación Mi Argentina, eliminando así la necesidad exclusiva del formato físico.
Desde una perspectiva periodística, estas actualizaciones en las regulaciones de tránsito destacan la evolución hacia sistemas más modernos y accesibles, pero también subrayan la importancia de concienciar a los ciudadanos sobre aspectos básicos de seguridad vial. La flexibilidad ofrecida con la licencia digital representa un paso adelante tecnológico, mientras que las restricciones sobre decoraciones vehiculares refuerzan la prioridad de proteger tanto al conductor como a otros usuarios de la vía pública.