En un día cargado de emociones, historias e imaginación, los ciudadanos de Granada aprovecharon el espíritu festivo del Día de la Cruz para reunirse, reflexionar y disfrutar al aire libre. Desde conversaciones sobre desastres naturales hasta momentos familiares únicos, este sábado ofreció una mezcla fascinante de experiencias. En Regina Mundi y otros colegios, familias enteras se congregaron para compartir risas, comida y música, mientras algunos grupos más aventureros celebraban despedidas de soltero o simplemente buscaban nuevas formas de diversión con actividades como juegos tradicionales y conciertos en lugares emblemáticos de la ciudad.
La tarde comenzó con dos amigos sentados frente a unas cervezas en uno de los bares locales. Entre tragos, discutían sobre posibles escenarios catastróficos que podrían afectar a la ciudad, desde meteoritos hasta terremotos, pasando incluso por ataques zombis. Este último tema atrajo a otros presentes, quienes compartieron ideas sobre cómo sobrevivir a una invasión de muertos vivientes. Estas charlas revelaban no solo preocupaciones actuales, sino también una preparación creativa ante lo inesperado.
Más allá de estas reflexiones apocalípticas, muchas familias decidieron pasar tiempo juntos en las cruces organizadas en colegios de la ciudad. Un ambiente familiar y relajado reinaba en Regina Mundi, donde Miguel comentó sobre la menor cantidad de asistentes este año comparado con ediciones anteriores, aunque reconoció que esto permitía disfrutar más plenamente del evento durante la noche. Niños jugaban en castillos inflables mientras adultos reían y charlaban bajo toldos coloridos.
Otro grupo destacado eran los universitarios, quienes adoptaron una tendencia peculiar: consumir bebidas alcohólicas en grandes jarras de plástico equipadas con pitorro. Esta moda única añadió un toque juvenil y divertido a las celebraciones. En San Jerónimo, jóvenes brindaban con sus jarras improvisadas mientras hablaban sobre temas triviales y cotidianos.
El Hotel Palacio de Santa Paula fue testigo de otra faceta del día, ofreciendo espectáculos musicales que fusionaron rumba y flamenco. Artistas locales deleitaron a los visitantes con actuaciones vibrantes que iluminaron la tarde nublada. La programación incluyó presentaciones de varias academias de danza y canto, culminando con una actuación especial de Pirata & Makarena, quienes llevaron la alegría hasta altas horas de la noche.
Conforme avanzaba el día, los participantes encontraron múltiples maneras de expresar su espíritu festivo, ya sea mediante conversaciones provocativas, juegos interactivos o simplemente disfrutando de la compañía mutua. Este Día de la Cruz demostró ser mucho más que una celebración religiosa; se convirtió en un espacio donde la comunidad granadina pudo conectarse de maneras tanto imaginativas como significativas.