Según los datos, el 80% de los niños y adolescentes con ansiedad no reciben tratamiento especializado. Esto se debe, en parte, a que sigue siendo un tema tabú, a pesar del aumento de los afectados. La infancia vive en un mundo marcado por la presión y las expectativas sociales, lo que se refleja en su vida cotidiana.
Las estadísticas demuestran que hay más consultas y diagnósticos de enfermedades mentales en la población infantil y adolescente. Incluso, se están registrando más hospitalizaciones, lo que pone de manifiesto la gravedad del problema.
La infancia vive en el mismo mundo que los adultos y sus presiones se filtran a su realidad cotidiana. Los niños están siendo demandados para ser "niños perfectos", llenando sus agendas con actividades y estudios. No tienen tiempo suficiente para socializar y aprender a manejar las frustraciones.
La presión por tener éxito y estar preparados comienza desde la infancia. Los niños son demandados para hablar idiomas, hacer deportes y acumular conocimientos valiosos para su futuro. Esto les impide desarrollar una visión crítica y manejar las frustraciones de manera adecuada.
Las actividades infantiles no deben ser solo una forma de competir, sino de divertirse y socializar. Sin embargo, actualmente, se tiende a enfocar demasiado en la excelencia y el rendimiento, lo que crea frustraciones en los niños.
Se olvida que las actividades infantiles deben servir para que los niños se vuelvan más sociables y se desarrollen de manera saludable. Deben estar con otros niños de su edad y aprender a aceptarse a sí mismos, incluso con sus puntos débiles.
El entretenimiento actual se produce principalmente vía pantallas, lo que impacta en la capacidad de socialización de los niños. Además, la maternidad y la paternidad se han professionalizado, lo que puede llevar a una sobreprotección excesiva en los padres y madres.
Los padres y madres millennials tratan de resolver todo para sus hijos, lo que les impide desarrollar la capacidad de gestionar problemas solos. Esto puede crear frustraciones a medida que los niños crecen y se enfrentan a situaciones más complejas.