En el período de reflexión y abstinencia alimentaria que caracteriza la Semana Santa, muchas personas optan por consumir pescado en lugar de carne roja. Este hábito no solo respeta tradiciones religiosas, sino que también promueve una dieta saludable gracias a nutrientes como el Omega 3 presente en varios tipos de pescados grasos. En este contexto, un chef peruano sugiere recetas innovadoras con atún, destacando su versatilidad y sabor único. Además, expertos en nutrición explican cómo estos ácidos grasos esenciales pueden mejorar nuestra salud cardiovascular y cerebral.
En los días previos al Viernes Santo, durante un otoño cálido pero lleno de significado espiritual, las familias peruanas buscan maneras creativas de preparar platos sin carne roja. El Mg. Carlos Cárdenas Agurto, especialista culinario de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL), comparte tres propuestas con atún que son ideales para esta ocasión. Desde un fresco ceviche hasta un sándwich caliente, estas recetas ofrecen opciones nutritivas y fáciles de preparar. Al mismo tiempo, se subraya la importancia de incluir regularmente pescados ricos en Omega 3, como el jurel o bonito, en la dieta diaria.
Por ejemplo, uno de los platillos recomendados consiste en un guiso de atún acompañado de arroz blanco, perfecto para un almuerzo reconfortante. Otro destaca un sándwich artesanal que combina ingredientes frescos y sabores intensos. Estas alternativas mantienen viva la tradición mientras invitan a explorar nuevas combinaciones gastronómicas.
Además, investigaciones respaldadas por instituciones internacionales como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y Mayo Clinic subrayan los beneficios del consumo regular de Omega 3. Este nutriente esencial contribuye a mejorar la función cardíaca, reducir niveles de triglicéridos y fortalecer tanto la salud visual como cerebral.
Desde empresas dedicadas a la producción de suplementos como TASA se enfatiza que aunque la Semana Santa sea una oportunidad ideal para recordar la importancia de incorporar más pescado en nuestras comidas, este hábito debería extenderse a lo largo del año.
Finalmente, el atún emerge como un ingrediente clave para quienes desean equilibrar respeto por las costumbres con bienestar personal.
Como periodista interesada en temas de nutrición y cultura alimentaria, me parece inspirador cómo tradiciones religiosas pueden converger con consejos científicos modernos. Este enfoque nos enseña que cuidar nuestra salud no tiene por qué implicar sacrificios extremos; en cambio, puede ser una celebración de sabores y colores que conectan cuerpo y alma. Así pues, adoptar prácticas como las descritas aquí podría transformarse en un estilo de vida que beneficia tanto a las generaciones actuales como futuras.