Un reciente viaje de colaboración con una marca desencadenó tensiones entre un grupo de influencers, destacando la figura de Laura Spoya como centro de atención. Durante su participación en el podcast ‘Good Time’, la ex Miss Perú compartió cómo ciertos miembros del equipo, conocidos como las "mean girls", generaron incomodidad debido a sus actitudes y comentarios sobre su estilo personal. Estas revelaciones provocaron reacciones virales en redes sociales, donde los usuarios tomaron partido por Spoya.
Las acusaciones de falta de respeto y profesionalismo hacia Spoya llevaron a un debate público más amplio sobre la cultura influencer. Una de las situaciones más comentadas fue un desacuerdo relacionado con paletas de colores durante una sesión fotográfica en Machu Picchu. Aunque nombres no fueron mencionados explícitamente, figuras como Daniela Núñez Dodero y Carolina Braedt enfrentaron críticas directas tras intentar aclarar sus posiciones.
El viaje a Cusco dividió al equipo de influencers en tres grupos distintivos: los “terreneitor”, jóvenes emergentes y las denominadas "mean girls". Este último grupo causó un ambiente tenso debido a sus críticas hacia Spoya. La modelo explicó que su estilo rosa chocaba con preferencias estéticas de otras participantes, lo que derivó en confrontaciones.
Este episodio subraya cuestionamientos sobre dinámicas grupales dentro de la industria digital. Las diferencias entre influencers consolidados y aquellos que comienzan su trayectoria pueden generar conflictos visibles. En este caso, Spoya se vio afectada por expectativas externas que no coincidían con su expresión auténtica, evidenciando tensiones inherentes a colaboraciones multilaterales donde intereses personales chocan con objetivos corporativos.
Las declaraciones de Spoya desataron una ola de apoyo en redes sociales, criticando actitudes tóxicas dentro de la comunidad fashion blogger. Usuarios señalaron que comportamientos como el supuesto bullying hacia Spoya debilitan la credibilidad de quienes buscan ejemplificar modas y tendencias. Esta reacción pública puso en entredicho a figuras involucradas, especialmente cuando salieron a defenderse públicamente.
Daniela Núñez Dodero y Carolina Braedt experimentaron el peso de estas críticas directamente. Mientras Dodero optó por disculparse mediante una transmisión en vivo, Braedt defendió su perspectiva sobre elecciones de color en fotografías turísticas. Sin embargo, muchos internautas interpretaron estas justificaciones como insuficientes, argumentando que tales acciones reflejan falta de empatía y ética profesional. Este incidente sirve como punto de reflexión sobre cómo los influencers deben gestionar relaciones interpersonales para mantener su imagen positiva frente a audiencias cada vez más exigentes.