En un acto lleno de emoción y tradición, la Princesa Leonor se prepara para embarcarse en uno de los cruceros de instrucción más significativos de su formación militar. Junto a 75 guardiamarinas, la heredera al trono español partirá a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano para una travesía que durará seis meses, recorriendo gran parte de América. Antes de zarpar, la princesa y sus compañeros visitaron el Ayuntamiento de Cádiz, siguiendo una costumbre ancestral.

Preparativos y Tradiciones antes de la Partida

En la mañana de un día nublado y húmedo, la princesa y los guardiamarinas llegaron al Ayuntamiento de Cádiz con sus uniformes de invierno azul turquí. La ciudad vibraba de entusiasmo mientras los habitantes se congregaban para despedir a los futuros oficiales de la Armada. Los jóvenes marineros avanzaron en formación desde el muelle hasta el edificio municipal, donde fueron recibidos por el alcalde Bruno García y otras autoridades civiles y militares.

Tras una breve recepción en el Salón de Plenos, la princesa y sus compañeros abandonaron el Ayuntamiento en medio de aplausos y gritos de admiración. Posteriormente, se dirigieron al Panteón de los Marinos Ilustres de San Fernando y a la Escuela de Suboficiales de la Armada. También se espera que visiten la iglesia de la Virgen del Carmen y otras instalaciones navales en la región.

Uno de los momentos más destacados ocurrió este jueves cuando la princesa realizó la tradicional subida a uno de los palos del Juan Sebastián Elcano. Con arneses de seguridad, ascendió por una escala del trinquete y descendió por otro extremo, demostrando su compromiso y habilidad.

En las horas previas a la partida, la princesa y algunos de sus compañeros aprovecharon para disfrutar de un almuerzo en un restaurante cercano al puerto de Cádiz, donde expresó su alegría por estar en la ciudad.

Este sábado marca el inicio oficial de la travesía, que promete ser una experiencia inolvidable tanto para la princesa como para los guardiamarinas que la acompañan.

Desde la perspectiva de un periodista, esta travesía no solo representa una etapa crucial en la formación naval de la Princesa Leonor, sino que también simboliza el continuo legado de la Armada española. Este crucero de instrucción es una oportunidad única para que los jóvenes oficiales experimenten la vida en el mar, fortalezcan sus habilidades y forjen vínculos internacionales durante su viaje por América. Es un recordatorio de la importancia de la tradición y la preparación en la formación de líderes futuros.