La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha emitido un informe crítico respecto al proyecto de real decreto del Ministerio de Sanidad. Este documento aborda las medidas propuestas para restringir productos tabacaleros, destacando preocupaciones relacionadas con restricciones a la competencia y la necesidad de mayor fundamentación empírica en ciertas decisiones regulatorias. El objetivo principal sigue siendo proteger la salud pública, pero la CNMC subraya que estas normas deben ajustarse a principios como la proporcionalidad y la no discriminación.
En una evaluación más detallada, la CNMC destaca que el proyecto limita el uso de aromatizantes en cigarrillos electrónicos, permitiendo únicamente sabores asociados al tabaco tradicional. Esta medida busca evitar que los sabores artificiales sean especialmente atractivos para los jóvenes. Además, se introducen dos nuevas categorías de productos: bolsas de nicotina y hierbas calentadas, junto con requisitos específicos de seguridad y etiquetado.
El organismo advierte que algunas disposiciones afectan negativamente a la libertad empresarial, sugiriendo que deberían incluirse en una ley formal con rango superior. También resalta la importancia de justificar adecuadamente el período transitorio otorgado para adaptarse a la nueva normativa, estimado entre 10 y 12 meses. Finalmente, menciona que la obligatoriedad del empaquetado genérico fue retirada previamente debido a cuestiones legales, aunque podría reaparecer en futuras regulaciones.
Desde la perspectiva de un periodista, este informe nos recuerda la delicada balanza entre la protección de la salud pública y la necesidad de mantener mercados competitivos e innovadores. Es esencial que las autoridades proporcionen evidencias claras que respalden cada decisión regulatoria, asegurando así que las políticas implementadas sean tanto efectivas como justas para todos los involucrados.