En el corazón de Salzburgo, una ciudad conocida por su rica historia musical y cultural, un controvertido proyecto ha generado discordia entre los habitantes y las autoridades locales. El multimillonario Wolfgang Porsche, nieto del fundador del icónico fabricante de automóviles deportivos, planea construir un túnel privado en el Kapuzinerberg, un monte histórico que rodea la ciudad. Este ambicioso plan incluye un acceso subterráneo exclusivo al palacio barroco que adquirió en 2020, lo que ha provocado debates sobre ética, poder y privilegios económicos.

El deseo de Wolfgang Porsche, de 82 años, de excavar un túnel de 500 metros en el Kapuzinerberg para conectar con su residencia ha dividido profundamente a la comunidad local. Este proyecto se centra en facilitar el acceso a su propiedad, el Palacete de Paschinger, ubicada en la ladera del monte. Adquirida por 8,4 millones de euros, esta mansión del siglo XVII solo es accesible mediante una carretera estrecha y sinuosa, frecuentemente congestionada por turistas. Sin embargo, este capricho no ha sido bien recibido por todos los habitantes de Salzburgo, quienes ven el proyecto como una muestra de influencias desmedidas.

El permiso municipal para perforar el túnel fue otorgado en abril de 2024 por Harald Preuner, entonces alcalde conservador, sin consultar al resto del consistorio ni a grupos locales interesados. Aunque legalmente correcto, el proceso ha generado suspicacias sobre posibles favores políticos, especialmente considerando que Porsche Holding emplea a muchos residentes locales y Wolfgang Porsche es uno de los principales mecenas del Festival de Salzburgo. Su título honorífico de "senador honorífico" de la universidad local refuerza estas sospechas de influencia.

El gobierno municipal actual, liderado por socialdemócratas, comunistas y verdes, enfrenta divisiones internas sobre cómo abordar la controversia. Mientras algunos temen perder el apoyo financiero de Porsche, otros buscan recursos legales para detener el proyecto o limitar sus efectos. Sin embargo, el derecho austriaco permite a los propietarios perforar bajo sus tierras según el "derecho de sótano", complicando aún más cualquier intento de impedir la obra.

El actual alcalde, Bernhard Auinger, reconoce la necesidad de mayor transparencia en decisiones como esta. Su pasado profesional vinculado al consorcio Porsche genera dudas sobre su imparcialidad. Por su parte, Wolfgang Porsche mantiene silencio absoluto mientras avanza hacia su mudanza prevista para este verano, tras completar una renovación integral del palacete, abandonado desde los años de entreguerras cuando Stefan Zweig, un escritor judío perseguido por el régimen fascista, lo ocupó brevemente.

Este asunto resalta tensiones entre desarrollo privado y patrimonio público en una región histórica. Más allá de cuestiones legales, persiste la discusión sobre si tales proyectos son moralmente justificables en una sociedad que valora tanto su herencia cultural como su equidad social.