Descubre la Tradición del Pastel Ruso en Huesca

Preparación del Bizcocho

Calentamos el horno a 180°C y preparamos una bandeja con papel de horno espolvoreado con azúcar glas. Montamos las claras de huevo con una pizca de sal y añadimos poco a poco el azúcar hasta obtener un merengue brillante. Mezclamos las almendras molidas con las avellanas molidas y la harina de trigo, luego las tamizamos y las incorporamos al merengue con una espátula. Formamos 12 dacquoise sobre la bandeja del horno que habíamos preparado anteriormente y los llevamos al horno entre 20 y 25 minutos. Pasado este tiempo, retiramos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla.

Este proceso requiere paciencia y atención, pero el resultado es un bizcocho suave y delicioso. Cada dacquoise es una joya en sí misma y se combina perfectamente con el relleno de crema pastelera y praliné.

Preparación de la Crema Muselina

En una olla, ponemos a calentar la leche. Batimos las yemas de huevo en un bol, luego agregamos el azúcar, la maicena, la esencia de vainilla y la pizca de sal. Vertemos la leche caliente sobre el batido de las yemas y mezclamos con unas varillas. Luego pasamos esta mezcla por un colador y la calentamos a fuego medio hasta que comience a espesar. Cuando llegue a esta textura, retiramos del fuego y dejamos enfriar a temperatura ambiente. Cuando la crema esté templada, agregamos poco a poco la mantequilla en punto de pomada y el praliné de almendras. Esta crema es lo que dará un sabor especial al pastel.

La preparación de la crema muselina requiere cuidado para evitar que se cuaje. Pero el resultado es una crema suave y cremosa que se mezcla perfectamente con el bizcocho.

Montaje y Decoración

Cubrimos la mitad de cada dacquoise con la muselina y la alisamos con una espátula. Podemos hacerlo dentro del marco metálico para que queden bien formados. Luego, unimos los dos dacquoise por el lado de la crema, y presionamos un poco. Decoramos la superficie con 20 g de almendras laminadas y espolvoreamos un poco de azúcar glas. Refrigeramos durante 4 horas y servimos fríos.

La decoración es lo que da un toque especial al pastel. Las almendras laminadas y el azúcar glas crean un efecto visual impresionante y hacen que el pastel sea aún más delicioso.

El pastel ruso es un pastel que merece la pena hacer. No solo es una receta tradicional, sino que también es un delicioso postre que se puede disfrutar con la familia o con amigos. Si eres un fan de los pasteles, no te lo puedes perder.