El proceso hacia la consolidación de un convenio nacional para el comercio textil enfrenta serios desafíos. Tras meses de discusiones entre representantes sindicales y empresariales, las conversaciones han llegado a una pausa temporal debido a diferencias insalvables sobre condiciones laborales clave. Según declaraciones de Andrés Parra, miembro de Fetico, esta interrupción busca reformular estrategias tras un avance limitado.
Uno de los temas más polémicos que ha tensado aún más las posturas es la determinación salarial. En la última reunión celebrada en marzo, la Asociación Retail Textil España (Arte), encargada de liderar las negociaciones empresariales, propuso un salario mínimo de 18.000 euros anuales para el cuarto grupo profesional, compuesto principalmente por dependientes. Sin embargo, esta cifra fue rechazada por CCOO y UGT, quienes argumentaron que dicha oferta compromete las conquistas logradas en acuerdos provinciales previos. Además, se denunció una supuesta amenaza velada desde la patronal respecto a futuros convenios locales.
La complejidad del sector textil revela profundas divergencias entre ambas partes involucradas. Desde Arte se mantiene firme la intención de alcanzar un acuerdo estatal, aunque reconocen las dificultades inherentes al heterogéneo panorama empresarial. En este contexto, las organizaciones sindicales provinciales como ELA y CIG han manifestado su oposición activa al convenio nacional, destacando la necesidad de preservar beneficios territoriales específicos. En palabras de Jon Ander, portavoz de ELA, la exclusión del País Vasco resulta crucial para proteger derechos ya adquiridos, tales como jornadas reducidas los fines de semana.
Esta situación subraya la importancia de equilibrar intereses diversos en procesos de negociación colectiva. La búsqueda de consensos que beneficien tanto a trabajadores como empresas refleja un camino necesario hacia la justicia laboral. Más allá de cifras y fechas, el diálogo constructivo emerge como herramienta fundamental para construir un marco normativo inclusivo y sostenible que respete tanto las realidades locales como las exigencias globales del sector textil.