María Couso: «Los niños no necesitan pantallas. Nada les diferencia de sus generaciones anteriores: seguimos teniendo las mismas redes neuronales»
Sep 26, 2024 at 5:36 AM
Cómo las Pantallas Digitales Están Robando la Infancia y Adolescencia de Nuestros Hijos
En un momento en el que las pantallas están bajo la lupa de familias, sociedad y Estado, María Couso, una experta en neuroeducación, analiza en su último libro 'Cerebro y Pantallas' (Destino) cómo el uso excesivo del móvil o la tableta impacta negativamente en el desarrollo cognitivo de los niños y jóvenes. Desde una perspectiva científica, la autora alerta sobre las consecuencias perjudiciales que conlleva la exposición temprana y prolongada a las pantallas digitales, y cómo esto está robando a la infancia y adolescencia de hoy en día la posibilidad de un desarrollo saludable y equilibrado.Salvando a Nuestros Hijos de la Adicción a las Pantallas
Robando Oportunidades de Desarrollo
María Couso, pedagoga y maestra especializada en neuroeducación, advierte que las aparentemente inocuas pantallas "conllevan un deterioro del aprendizaje y un aumento del uso emocional" en los menores. Según la experta, "les estamos robando de manera sutil posibilidades de desarrollo" al exponerlos de forma excesiva a estos dispositivos digitales.La autora señala que la infancia y la adolescencia son etapas cruciales para el desarrollo del cerebro, y que el uso desmedido de pantallas puede tener un impacto negativo y duradero en la formación de las redes neuronales. "Ese tiempo ya no va a volver para permitir ese desarrollo adecuado de las redes neuronales, que es vital y sólo se produce en esas etapas de la vida, para que tengan un correcto funcionamiento el día mañana", advierte Couso.Normalización del Uso de Pantallas en Niños
Couso relata situaciones que ha presenciado donde madres y padres dan sin reparos dispositivos móviles a sus hijos, incluso a bebés, para mantenerlos entretenidos y en silencio, como en el supermercado o en un restaurante. "Hubo una situación que sí me escandalizó especialmente y no olvido: una mamá en el supermercado con su bebé, que tenía meses, llevaba el móvil anclado en la barra del carro. Un bebé, lo único que necesita es interaccionar con la realidad, con la mirada de su madre, con esa conversación que le damos tipo monólogo…. ¡Pero su atención estaba secuestrada por una pantalla! Esto es un escándalo porque les afecta al lenguaje."La experta lamenta que este tipo de comportamientos se hayan normalizado en la sociedad actual, y que nadie parezca escandalizarse como ella ante estas situaciones. "¿Qué estamos haciendo mal para que nadie se escandalice como yo?", se pregunta.Impacto en el Desarrollo Cognitivo y Emocional
Al comparar a niños nacidos en la década de los 80 con los de hoy en día, Couso destaca diferencias significativas en aspectos clave como la regulación de la tolerancia a la frustración y el desarrollo del lenguaje.Mientras que los niños de antaño aprendían a esperar y a regular sus emociones con el apoyo de los adultos, los de ahora carecen de esa capacidad de autorregulación, ya que las pantallas les proporcionan una distracción y gratificación inmediata que les impide desarrollar esas habilidades.Asimismo, la exposición temprana a las pantallas está afectando negativamente al desarrollo del lenguaje oral, pilar fundamental para la comunicación y las relaciones sociales. "Privarles de una interacción en la que medie el lenguaje en un tiempo simultáneo sincronizado, no siendo una máquina que te aporta vocabulario, impide construirnos", advierte la experta.Impacto en el Aprendizaje y la Educación
Couso señala que el uso excesivo de pantallas en la infancia y adolescencia también tiene consecuencias en el ámbito educativo. "No hay indicios de que el cerebro pueda ser desarrollado con una pantalla. Los niños de ahora no necesitan cosas diferentes a los de hace cuatro décadas o a los que nacieron hace mucho antes porque seguimos teniendo las mismas redes neuronales. Es decir, seguimos necesitando lo mismo: la mediación de un adulto."La autora critica que, en los colegios, se esté priorizando la competencia digital sobre el desarrollo de habilidades básicas como el lenguaje, la lectura o la escritura. "Se están bajando las exigencias académicas, el propio sistema no dedica los recursos necesarios a lo básico pero sí los destina a la competencia digital y, encima, sin saber muy bien cómo ni cuándo aplicarlos."Couso aboga por replantearse la asignación de recursos en el sistema educativo, priorizando la mejora de la formación del profesorado y la atención a la neurodiversidad, en lugar de invertir en la dotación de pantallas en las aulas.Adolescencia: Impulsividad y Baja Autoestima
En la etapa de la adolescencia, la exposición a las pantallas y redes sociales agrava aún más los desafíos propios de esta edad. Según Couso, los adolescentes actuales son más impulsivos que generaciones anteriores debido a que su corteza prefrontal, encargada del control de impulsos, se desarrolla a un ritmo más lento.Además, el "sesgo de prestigio" y el "sesgo de conformidad" que predominan en las redes sociales, donde se valora más el "tener" que el "ser", están generando una baja considerable de la autoestima entre los jóvenes, lo que se relaciona con el aumento de problemas como el suicidio o las autolesiones.Esperanza en la Plasticidad Cerebral
A pesar del panorama desalentador, Couso se muestra optimista y cree que es posible revertir esta situación. "Soy optimista y pienso que podemos cambiar porque el cerebro tiene una característica muy importante, es plástico. ¡Estamos a tiempo y la situación podría ser reversible bajo una correcta directriz!"La experta hace un llamado a las familias a tomar acción, explicando a los hijos los efectos perjudiciales de las pantallas y trabajando en la prevención de adicciones tecnológicas. Asimismo, destaca la importancia de que el sistema educativo priorice la formación del profesorado y atienda las necesidades reales de los estudiantes, en lugar de centrarse únicamente en la digitalización."Quiero decirle a las familias que es difícil, que cuesta mucho y va a doler, pero se pueden cambiar las cosas. La educación es una de las tareas más difíciles en la vida. Es importante explicar a los hijos todo esto que hemos hablado, cómo les impactan las pantallas, adecuándoselo a su edad, hablando mucho con ellos."