El jueves, el dólar experimentó una caída generalizada frente a varias divisas clave, incluidas las consideradas refugios seguros y aquellas más sensibles al riesgo. Este movimiento ocurrió después de un anuncio inesperado por parte del presidente Donald Trump sobre la política comercial de Estados Unidos. Aunque se otorgó una prórroga de 90 días para ciertos gravámenes recíprocos, se mantuvo un arancel del 10% para la mayoría de los países y se impusieron tarifas adicionales específicas para China. Las repercusiones económicas generaron incertidumbre en los mercados financieros globales, afectando tanto a activos tradicionales como a monedas extranjeras.
El panorama económico internacional sufrió un giro significativo debido al repentino cambio en la estrategia arancelaria de Estados Unidos. Tras la decisión de Trump de retrasar temporalmente algunas sanciones comerciales, los inversores ajustaron sus posiciones en respuesta a la creciente tensión entre Washington y Pekín. En particular, China enfrentó un aumento considerable en las tasas arancelarias, pasando del 10% inicial al 125%, lo que desencadenó represalias chinas con gravámenes del 84%. Esta escalada comercial provocó fluctuaciones significativas en los precios de los activos financieros globales.
En términos de impacto directo en las divisas, el dólar estadounidense perdió valor frente a importantes pares monetarios. Por ejemplo, cayó un 1,5% frente al yen japonés, alcanzando niveles cercanos a los 145,5 yenes, y descendió un 2% respecto al franco suizo, ubicándose en torno a 0,8402 unidades. Estas variaciones fueron impulsadas no solo por las medidas arancelarias, sino también por factores internos como la disminución en los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense. Esto aumentó las preocupaciones sobre la estabilidad del dólar como reserva de valor en tiempos de incertidumbre económica.
En resumen, la decisión de Trump de modificar la postura comercial de Estados Unidos tuvo efectos profundos en los mercados financieros mundiales. La volatilidad observada en el dólar refleja tanto las tensiones geopolíticas como la creciente falta de confianza en la consistencia de la política económica del país. Los operadores ahora enfrentan el desafío de adaptarse a un entorno donde los cambios repentinos pueden seguir alterando el valor relativo de las principales divisas globales.