La violencia verbal en la crianza: consecuencias más graves que se imaginan
Dec 2, 2024 at 1:09 PM
En la actualidad, la discusión sobre la forma más efectiva de disciplinar a los hijos es una temática de gran interés. Muchos expertos afirman que el uso excesivo del grito puede tener consecuencias graves en el desarrollo emocional de los niños. Sin embargo, cambiar esta costumbre requiere tiempo y autocontrol, pero los beneficios son evidentes.
Descubre cómo evitar el grito y fomentar un ambiente saludable para tus hijos
Primer Aspecto: Los Efectos Immediatos del Grito
La revista Fortune advierte que el grito, aparentemente inofensivo, puede tener consecuencias más profundas de lo que parece. Laura Markham, psicóloga clínica y autora del libro “Peaceful Parent, Happy Kids”, destaca que sentirse culpa después de un estallido es normal, pero fustigarse no es la solución. Los niños internalizan estos gritos y los llevan consigo durante toda su vida, repitiendo en su mente esos guiones negativos.Además, los expertos coinciden en que el uso frecuente del grito contribuye a problemas de ansiedad y depresión en los niños, particularmente en la adolescencia. Gritar puede parecer una solución rápida, pero a largo plazo, puede fomentar el miedo y obstaculizar el desarrollo de habilidades emocionales.Segundo Aspecto: El Rol de la Autoconciencia
Los padres a menudo no se dan cuenta de que están gritando hasta que ven el rostro de su hijo reflejando miedo o angustia. En ese momento, es fundamental detenerse y recalibrar las emociones. Tomar una pausa, incluso si se debe abandonar la habitación temporalmente, ayuda a reducir la activación emocional tanto en el adulto como en el niño.Markham explica que no es necesario disculparse de inmediato, pero sí hacer una pausa para pensar antes de actuar. Esta autoconciencia es la clave para romper el patrón del grito y crear un ambiente más saludable.Tercer Aspecto: La Reparación Emocional
Después de tomar una pausa, es crucial restablecer el vínculo emocional con el niño. Markham sugiere una reparación emocional, en la que el padre se acerque al niño para expresar que su gritar no es el método correcto. Esto no solo restaura la confianza, sino que también permite que el niño vea que cometer errores es parte del proceso de aprendizaje.Además, la disciplina que no se basa en el miedo fomenta una mejor comunicación y un sentido más profundo de conexión entre padres e hijos. Los niños que crecen en un ambiente libre de gritos son más propensos a desarrollar una autoestima sólida y a enfrentar los desafíos de manera constructiva.Cuarto Aspecto: La Posibilidad de una Crianza Sin Grito
La crianza sin gritar no solo es posible, sino necesaria para el bienestar emocional y el desarrollo cognitivo de los niños. Al tomar conciencia y adoptar enfoques más calmados y reflexivos, los padres pueden crear un ambiente de amor, respeto y seguridad que favorece el crecimiento emocional y académico de sus hijos. Las herramientas para evitar los gritos están al alcance de todos: es cuestión de hacer una pausa, reparar los daños causados y enseñar con el ejemplo.