El año 2024 será recordado como un punto de inflexión en la historia del automóvil chino. Las ventas de vehículos eléctricos (VE) experimentaron un incremento superior al 40%, según datos oficiales revelados a principios de este año. Esta tendencia contrasta con la drástica disminución en las ventas de vehículos de gasolina, que pasaron de 14 millones a 11,6 millones de unidades. Este fenómeno subraya un abandono acelerado de las fuentes tradicionales de combustible, impulsado por políticas gubernamentales y una evolución en las preferencias de los consumidores.
Anteriormente dominado por vehículos de gasolina y diésel, el mercado chino ha visto un cambio dramático en su composición. Los vehículos eléctricos han ganado terreno rápidamente, representando casi la mitad de todas las ventas de automóviles nuevos. Esta transición se debe a factores como incentivos fiscales, la introducción de modelos más avanzados y una creciente conciencia ambiental entre los consumidores.
Las compañías automotrices internacionales, como Volkswagen AG y Nissan Motor Corp., han sentido profundamente los efectos de esta transformación. Históricamente dependientes de la robusta demanda china, estas empresas ahora enfrentan el desafío de adaptarse a un mercado cada vez más competitivo. Ambas están redoblando esfuerzos para competir con fabricantes nacionales de vehículos eléctricos que se expanden agresivamente a mercados extranjeros.
Empresas como BYD y NIO han aprovechado esta oportunidad para capturar cuotas de mercado significativas tanto dentro como fuera de China. Con precios competitivos y tecnología de vanguardia, estas marcas están desafiando directamente a sus homólogos occidentales. Por ejemplo, BYD ha compensado una caída en las ventas de Tesla en China con un aumento del 41% en sus propias ventas, según informes recientes.
En 2024, los fabricantes de automóviles chinos exportarán casi cinco millones de vehículos de pasajeros, un 20% más que en 2023. Entre ellos, los "vehículos de nueva energía" representaron 1,28 millones de unidades, lo que representa un incremento del 6,7%. Los vehículos eléctricos domésticos, especialmente los híbridos enchufables, han atraído a un segmento creciente de consumidores que buscan alternativas más ecológicas pero aún temen las limitaciones de alcance de los modelos puramente eléctricos.
Impulsados por una fuerte demanda interna y una expansión internacional, los fabricantes de automóviles chinos están desafiando directamente a los de Estados Unidos y Europa. Empresas como BYD y NIO ingresan agresivamente a los mercados globales, desafiando a los fabricantes establecidos con bajos costos de producción e infraestructura avanzada. La capacidad de producción de China en sectores clave como células solares y plantas de acero y aluminio permite satisfacer gran parte de la demanda mundial, manteniendo los precios bajos y facilitando la transición a una economía verde.
Mientras tanto, las tensiones geopolíticas han dado forma a la dinámica comercial. Estados Unidos impuso un arancel del 100% a los vehículos eléctricos fabricados en China, y la Unión Europea hizo lo mismo, citando subsidios gubernamentales injustos como una de las principales preocupaciones. Estas medidas tienen el potencial de alterar significativamente el panorama global del comercio de vehículos eléctricos.
A pesar de estos obstáculos, empresas chinas continúan vendiendo coches eléctricos a precios competitivos, como los 12.000 dólares que cuesta un vehículo de BYD. Funcionarios chinos argumentan que su producción mantendrá los precios bajos y ayudará a la transición a una economía verde, mientras que los analistas esperan que los fabricantes de automóviles en Estados Unidos y Europa aceleren sus planes de electrificación para mantener su relevancia en el mercado global.